El 18 de diciembre de 2015 René Alvarado estaba en un bucle de derrotas. Acorralado por las circunstancias de su destino. Después de haber conseguido el título plata del Consejo Mundial de Boxeo ante Robinson Castellano, el camino de rosas estaba siendo desértico. En esa fecha enfrentó a Andrew Cancio, ahora campeón mundial de las 130 libras de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB) y siguió hundiéndose en el fango al caer noqueado en ocho vueltas.
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Casi cuatro años después los caminos podrían cruzarse nuevamente. Alvarado tiene seis victorias consecutivas. Logró salir de ese tormento. Es número uno en las clasificaciones de la AMB. ¿Pero qué le conviene a Alvarado? Sin dunda Cancio, con todo y el nocaut que le propinó. El monarca es un boxeador acorde con el estilo del Gemelo, aunque todavía sigue la intriga si habrá revancha ante el recién destronado boricua (Alberto Machado). Ya está estipulado en el contrato y es cuestión de tiempo para que se decida.
Para el nicaragüense, encontrar la sorpresa es más realista con el nuevo campeón. Cancio es lento, con combinaciones dibujadas, mala defensa y su boxeo es frontal sin escondites. No obstante, tiene una resistencia impresionante, tira golpes sin pausas y las manos le pesan. En el quinto asalto envió con un cruzado de izquierda al nicaragüense aquel diciembre de 2015, luego en el octavo lo remató con un upper de izquierda y tras el primer conteo, el réferi al ver tanto castigo decidió detener el combate.
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En el caso de Machado, si logra recuperar el cetro en la probable revancha de junio, se le complicaría al Gemelo. Machado no tiene una gran pegada y tampoco impacta con sus combinaciones, pero tiene la movilidad suficiente para desorientar a René. A pesar de perder su invicto en 21 peleas, pugilistas con estilo olímpico y con velocidad más allá del promedio, le dan jaqueca al hermano de Félix Alvarado.
Cualquiera que sea el rival, Alvarado deberá remar contra la corriente. A sus 29 años se siente listo para no ahogarse.