“Granada ya no es la misma”, asegura Francis Umaña, sentada en una mecedora en la acera sobre La Calzada, la vía más concurrida de la ciudad, donde espera atenta que lleguen huéspedes a su hospedaje. Desde la crisis sociopolítica, causada por la represión estatal, el hospedaje mantiene sus cuartos vacíos.
Lea la nota completa: La Calzada, el corazón turístico de Granada, agoniza herida por la represión del orteguismo