Después que el paramilitar Germán Felix Dávila Blanco hirió con un arma de fuego a tres ciudadanos que protestaban en el estacionamiento del centro comercial Metrocentro, la Policía Orteguista emitió una nota de prensa donde altera lo acontecido al victimizar al pistolero militante del Frente Sandinista y criminalizar las protestas sociales de Managua.
El comisionado Jaime Vanegas, inspector general de la Policía Orteguista, dijo en conferencia de prensa que Dávila Blanco tiene 70 años de edad, cuando según el carnet de militante este domingo 31 de marzo cumplirá 57 años.
De acuerdo al inverosímil relato policial, los manifestantes agredieron a Dávila Blanco y durante la trifulca hubo detonaciones y tres personas resultaron heridas, lo cual es completamente contrario a la versión de los hechos documentados por los medios de comunicación que cubrían los eventos: Dávila Blanco estaba en el parqueo ubicado en la parte oeste del centro comercial y de repente sacó una pistola y disparó a quemarropa, hiriendo a tres jóvenes que fueron auxiliados por el resto de protestantes y posteriormente trasladados de emergencia a un hospital de la ciudad; pero la Policía, que atraviesa una de las etapas más desprestigiadas por su sesgo en esta crisis sociopolítica, comunicó que el señor fue atacado por los manifestantes, catalogados como “grupos violentos”, y que cuando lo hacían hubo detonaciones y resultaron heridas tres personas.
Antes de esto, la Policía Orteguista había atacado a los manifestantes que estaban en la acera oeste del centro comercial y se llevaron detenidos y bajo una lluvia de golpes a varios manifestantes.
Previo a eso, militantes del orteguismo habían ido a provocar la manifestación y decenas de paramilitares asediaban el centro comercial desde el estacionamiento de una cadena de comida rápida junto a una estación de combustibles, desde donde lanzaban canicas de vidrio hacia los azul y blanco, pero no hubo durante la protesta agresiones a “mujeres y niños” como sin prueba alguna asevera la Policía del régimen.
La Policía también mintió con su versión sobre el traslado de los heridos. Según el documento de prensa, los tres heridos fueron trasladados por la Cruz Roja Nicaragüense, cuando en realidad solo fue a uno a quien trasladaron y los otros dos fueron llevados en una camioneta particular.
A Dávila Blanco, quien es un desmovilizado del Servicio Militar Obligatorio, se le encontraron tiros en las bolsas de sus pantalones. Los manifestantes le reclamaron por qué lo hizo pero él lo negó pese a las pruebas. Antes de ser entregado a paramédicos, el tirador recibió una golpiza que, de acuerdo al comunicado alterado de la Policía Orteguista, lo ha dejado en estado delicado.
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La protesta cívica en Metrocentro formó parte de la llamada “sentada nacional” que convocó la Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB).
Satanizan la protesta
En la protesta prevalecieron las banderas de Nicaragua y las consignas revolucionarias y de rechazo a Ortega. Esto contagió a personas que se encontraban en el centro comercial.
No obstante, la Policía dijo que los manifestantes alteraron el orden público, perturbaron la actividad comercial y la normal convivencia, acosando y agrediendo a mujeres y niños, lo cual nunca ocurrió.
La Policía del dictador tampoco hizo referencia alguna a la represión contra los manifestantes y las detenciones ilegales, incluyendo a la mujer de la tercera edad Flor Ramírez, conocida como la señora del Huipil Azul y Blanco, a quien arrastraron y golpearon al subirle a una patrulla policial.