Josh Hader, de 28 años, sentía que le dolía el cuello y decidió estirarlo. Cuando usó su mano para aplicar más de presión de la que probablemente debía, escuchó un ruido. Menos de una hora después, Hader estaba en la sala de emergencias de un hospital sin poder caminar con un “derrame cerebral grave”.
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Numerosos estudios señalan que un desgarro o disección de la arteria vertebral causa accidentes cerebrovasculares y, en general, afectan más a personas entre 20 y 30 años. Y no tiene nada que ver con la salud de la persona, de acuerdo con el neurólogo Kazuma Nakagawa, especialista en accidentes cerebrovasculares. “Si bien es raro que el estallido del cuello provoque un desgarro, no es algo tan extraño. La gente solo necesita saber que el dolor de cuello repentino puede potencialmente ser el punto de partida de un derrame cerebral. Las arterias vertebrales en el cuello se unen en el cerebro para convertirse en la arteria basilar, que suministra oxígeno al tallo cerebral y este es el corazón y el alma del cerebro. Sin él nuestro cerebro simplemente no funciona”, explicó Nakagawa.
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Si un desgarro en la arteria vertebral impacta la arteria basilar, el accidente cerebrovascular puede ser fatal, causar un coma o dejar a una persona en un estado vegetativo permanente, comparte el sitio web Quo.