En el cementerio Milagro de Dios se sabe cuáles son las tumbas recientes porque están ubicadas justo al lado de la calle, en espacios que tradicionalmente han sido áreas verdes y que ahora también son empleados para sepultar a los difuntos.
Este es el último camposanto de Managua donde aún no se agotan todos los espacios para sepultura, pero los terrenos se venden solo para fallecidos y no para quienes desean comprarlos por previsión.
Por eso la familia de Karla Vanesa Soto pasó tantos apuros para conseguir un terreno y darle sepultura. Karla falleció de una infección hace nueve días, el 24 de octubre, a los 47 años, y lo más complicado para sus hermanos fue que les vendieran el espacio. Este sábado, en el Día de los Muertos, parte de su familia colocaba flores y echaba “nieve” morada y celeste sobre la tumba, todavía sin lápida, ubicada muy cerca de la calle central del camposanto.
Si las cosas siguen así, dentro de poco “ya no habrá ni calle”, expresó, mitad en broma, mitad en serio, don Mauro Zamora, de 69 años, quien ayer llegó a visitar la tumba de su hija Maribel, fallecida en un accidente en julio de 2005, a los 23 años, cuando iba para la universidad. Estaba embarazada.
Los padres de Maribel llegan cada 2 de noviembre para ponerle flores y este sábado también le pintaron la tumba en un alegre color violeta. Cerca, unos mariachis le cantaban Amor eterno a otro difunto y decenas de niños ofrecían sus servicios para limpiar tumbas: diez córdobas por las que se ven cuidadas y setenta si es una de esas bóvedas montosas donde ya no se lee ni el nombre del difunto.
“Cuando nosotros nos muramos ya nadie va a venir a verla”, lamentó doña Ester Dolmuz, de 64 años, de pie, con un ramo de flores, ante la tumba de su hija Maribel.
Además: Alcaldía de Managua prepara un nuevo cementerio, de apenas cinco manzanas
14.9 millones de córdobas costaría el nuevo camposanto que actualmente se acondiciona en Managua. Fue prometido en 2014, pero las obras empezaron este año. Tendrá solo cinco manzanas.