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Aquel 28 de octubre de 2005 se jugó el partido del año de esa Liga Profesional. Un aura diferente se sentía esa noche en el Estadio Efraín Tijerino. Y no se trataba que las cenizas del volcán San Cristóbal cubrían el vacío del cielo. Había dos estrellas del firmamento en el montículo: Vicente Padilla por los Tigres contra Devern Hansack de León. Las expectativas eran altas, primero estaba Padilla en su esplendor, calentando el brazo para debutar con Texas el siguiente año y disfrutar del jugoso contrato de 33 millones de dólares y, en la otra acera, el costeño con su carrera ascendente, en la cual llegaría el año próximo a la Gran Carpa con los Medias Rojas de Boston.
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El duelo sobrepasó las expectativas. Fue un manjar de picheo, se saboreaba cada lanzamiento, cada abanicado y cada out conseguido. Hansack estuvo mejor que Padilla. En cinco entradas el costeño lanzó perfecto, sin hit ni carrera. No obstante, en el sexto brindó boleto a Próspero González y después de dos outs, le reclamó al árbitro principal, Daniel López, por un strike y fue expulsado, dejando su casi perfecta labor en 5.2 innings, 10 ponches, 17 bateadores enfrentados, 66 lanzamientos y 44 de ellos strikes. Hansack hizo disparos hasta de 93 millas por hora y se sostuvo en 91.
Entretanto, Padilla en seis entradas enfrentó a 20 artilleros, le conectaron dos imparables, propinó tres ponches y brindó una base por bolas. Los dos inatrapables a Padilla ocurrieron en el segundo inning a través del madero de Maikel Jova y Alexis Hernández. El chinandegano mostró más poder, sus lanzamientos alcanzaron las 96 millas por hora y se sostuvo en 94. Al final ni Hansack ni Padilla se alzaron con la victoria, sino que fue el zurdo Mario Peña, quien entró a ponchar a Marvin Benard.
Y lo que todavía hace más curioso este encuentro es que Benard terminó decidiendo el desafío, el cual finalizó 1-0, con una pifia en el octavo inning, siendo el jugador de mejor nivel en toda Nicaragua. En el octavo inning, Abiorix Concepción ligó un imparable a los jardines y Benard se enredó en el recorte, permitiendo que Norwin Carrillo anotara desde la inicial. Eso fue todo el daño al picheo de León.
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El 18 de noviembre de ese mismo año, pero en León, ambos lanzadores se volvieron a ver las caras. Triunfó nuevamente Chinandega (3-1) y el encuentro fue otro espectáculo. Hansack en 7.1 entradas ponchó a 10, retiró a 17 en fila entre el segundo y el séptimo inning, enfrentó a 26 oponentes, permitió solo cuatro hits, un doble, una carrera y brindó una base por bolas. Mientras Padilla en seis entradas recibió cinco inatrapables, una carrera limpia, ponchó a seis y concedió cuatro boletos. En ese duelo tampoco Padilla y Hansack tuvieron que ver en la decisión. Ganó Julio César Raudez en relevo y perdió Arián Cruz.