Aunque el boxeador nicaragüense Juan Centeno no pudo lograr la meta de imponerse ante el estadounidense Shon Mondragón anoche en la velada que tuvo de protagonistas a los pesos pesados Deontay Wilder y Luis “King Kong” Ortíz en el MGM Grand de Las Vegas, Nevada, Estados Unidos, lo que si ganó fue el respeto y admiración por la valentía que tuvo al mostrar la bandera azul y blanco con el escudo invertido con el objetivo de visibilizar al mundo la crisis sociopolítica que se vive en el país.
“Mi sueño es ser campeón del mundo y ayudar a la gente que más necesita regresar, quiero un país libre”, expresó Centeno, en una entrevista a LA PRENSA, previo a su combate de anoche.
Como miles de nicaragüenses, Centeno, al que llaman cariñosamente “el Nica”, se fue del país el año pasado debido a la crisis sociopolítica y fue retenido varios meses por Migración de Estados Unidos debido a que no contaba con sus documentos en regla.
Tras varios meses detenido, Centeno contó que luego fue ayudado por un tío y regresó al gimnasio para retomar su carrera boxística, que quedó con cuatro victorias e igual cantidad de derrotas incluyendo un nocaut luego de su revés anoche.
El pinolero, originario del Municipio de Ciudad Sandino, terminó de pie el combate que ganó el estadounidense Mondragón (5-0) por decisión unánime.
A seguir trabajando
“Perdimos por decisión, a seguir trabajando”, se lee en el escrito publicado por el púgil en redes sociales tras el combate , que ha sido una de las más buscadas en las últimas horas por haber tenido la valentía de subir al pesaje oficial con la bandera azul y blanco y el escudo invertido en señal de auxilio.
En Nicaragua, son pocos los atletas que se han manifestado por la crisis sociopolítica del país, y por tal motivo Centeno quedará en el recuerdo no por su derrota ante Mondragón, sino por haber roto el silencio, vencido el miedo y haberse llenado de coraje para alzar en los más alto sus puños para denunciar la represión en su país.