El partido 700 de Leo Messi con el Barcelona merecía premio y así fue: gol, dos asistencias y clasificación para octavos de final de la Champions como primero de grupo. Milán se convierte en un trámite y no en un posible final de una trilogía negra para Valverde tras los episodios de Roma y Liverpool. Pero el Barcelona se siente seguro en su estadio y en el Camp Nou no hay quien le tosa esta temporada. De los choques fuera de casa nos olvidamos por unos días. No estropeamos el feliz aniversario de Messi.
La sociedad que forma con su amigo Luis Suárez es la mejor baza de un equipo que va líder en todas sus competiciones.Valverde dio la titularidad a Rakitic -la aprovechó- y puso a Dembélé dejando a Griezmann en el banquillo. Pero su apuesta duró 24 minutos, los que duró el Mosquito sobre el campo después de sufrir su enésima lesión muscular. Está claro que no es su año. Salió Griezmann y no lo hizo mal, todo hay que decirlo. Marcó y demostró mejoría en la compenetración con sus compañeros y un juego más suelto que se acerca a lo que se espera de él en Can Barsa.