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De recoger basura a la Selección Nacional de Futbol. La historia de Yorcelly Humphreys

Nació en Bluefields y se crió en el barrio Santa Rosa. Desde que era una niña se interesó por el futbol, pero nunca imaginó que representaría a Nicaragua

A Yorcelly Isoleth Humphreys Abella, de 18 años de edad, se le ve correr en las canchas con toda emoción y entusiasmo con la Selección Nacional de Futbol Sub-20 y también Mayor, pero hace seis años recogía basura en una chureca ubicada en el municipio de Tipitapa, para poder sobrevivir junto a su madre y hermanas, situación de la que no se afrenta y que más bien le ha hecho impulsarse en la vida para buscar un mejor futuro, no solo para ella, sino para su familia.

Yorcelly cuenta que cuando tenía 12 años se enfermó, lo que motivó a su mamá a trasladarse a Managua y quedarse posando en casa de un familiar. Paralelo a eso, la futbolista relata que sus padres se habían enojado y así estuvieron durante casi un año.

Al separarse sus padres, la mamá de Yorcelly buscó como llevar el pan a su mesa. Fue entonces que Yorcelly siendo una niña de apenas 12 años la acompañó a la chureca a recoger cobre, cartón y todo lo que se pudiera vender.

“A mí casi no me gusta hablar de este tema. Hay personas que se burlan y otras que critican, pero decir que trabajé en la chureca no me da pena. Nosotros vivíamos en Ciudadela San Martín, cerca de la chureca en Tipitapa entonces desde las cinco de la mañana iba con mi mamá a la chureca a recoger plástico, cartón, y cobre. Yo me alegraba cada vez que llegaban camiones porque significaba dinero para comprar comida. Así pasamos ocho meses.

Yorcelly cuenta que en los tiempos libres jugaba futbol con los chavalos de la chureca y que ahora se sorprenden de verla jugando en la selección.

“Ellos me dicen que nunca pensaron en que yo iba a ser parte de una selección. Regresábamos a casa luego de las siete de la noche pero con más de algún dinerito. Lo que recogíamos lo vendíamos a un señor que compraba cobre y cartón. Recogía basura con la mano, llevaba un saquito y ahí echaba las cosas. Encontrar cobre era lo que más costaba.  El cartón era lo que más tiraban y eso daba mucho de dinero. En un día podía recoger 100 o 200 pesos o un poquito más luego de todo un día bajo el sol”, expresó la pinolera.

Fueron ocho meses duros. Tras mejorar de su salud y la reconciliación de sus padres. Yorcelly, su mamá y hermanas retornaron a Bluefields.

“El año antepasado regresé a la chureca y sentí muchas cosas. Ahí estaban los muchachos con los cuales jugaba y recogía basura. No me da pena decir que recogí basura pues es un trabajo digno”, confesó Yorcelly.

Yorcelly Isoleth Humphreys Abella confesó que siempre se despide con un beso de su mamá. LA PRENSA/ROSA MEMBREÑO.

Inicios futbolísticos

Yorcelly nació en Bluefields y se crió en el barrio Santa Rosa. Desde que era una niña se interesó por el futbol, pero nunca imaginó que algún día representaría a Nicaragua.

“Desde los siete años empecé a jugar futbol. Con los chavalos del barrio nos íbamos a vaguear y a jugar, me le escapaba a mi mamá pues no había ligas de futbol en el barrio. A mi mamá no le gustaba que jugara futbol, ella tenía miedo que me pasara algo al jugar solo con varones. Luego después de tanta insistencia me permitió jugar futbol”, recuerda con alegría la joven.

Yorcelly creció jugando y amando el futbol, pero también practicó atletismo. Cuando tenía 15 años vino a vivir a Managua debido a que su papá trabajaba en barcos turísticos y empezó a jugar también balonmano. Y un día, su compañera de selección Shanelly Treminio la motivó para que fuera a probarse en una convocatoria Sub-15.

“Cuando Shanelly me habló de esa convocatoria estaba alegre pues iba a jugar futbol. Habían más de 80 niñas y no creía quedar. Recuerdo le dije a mi mamá que quería representar al país. Le conté a mi papá y me dijo que me iba apoyar. Quedé en esa selección y representé por primera vez al país en Estados Unidos y tuve como entrenadora a Jennifer Fernández”, agregó Yorcelly.

Yorcelly es una de las pocas jugadoras que ha pasado por varias categorías. A sus 18 años incluso ha integrado la selección categoría mayor debido a su talento como defensora central y delantera.

En noviembre del presente año, Yorcelly sonó con fuerza al ser la autora de los dos goles que mandó a Nicaragua a disputar una medalla en el Torneo Sub-20 Femenino Uncaf FIFA Forward en Guatemala. En la etapa regular, la jovencita caribeña anotó el gol del empate (1-1) ante Honduras y anotó el gol de la victoria (1-0) ante Panamá. Nicaragua conquistó la medalla de bronce.

“Sin Dios no hubiera tenido esa fuerza para anotar esos dos goles. Cada una de mis compañeras aportó cada minuto. Cada vez que juego trato de divertirme y de representar bien al país”, expresó Yorcelly.

Yorcelly Isoleth Humphreys Abella recientemente en el Torneo Sub-20 FIFA Forward en Guatemala. LA PRENSA/CORTESÍA/LEONEL RODRÍGUEZ-FENIFUT.

Sus metas

Yorcelly asegura quisiera jugar en Europa y Estados Unidos. “Quiero jugar en las mejores ligas y adquirir experiencia. Sheyla Flores (futbolista nicaragüense) y Pablo Gallego (futbolista español) me dicen que con humildad y esfuerzo puedo llegar largo, que no es fácil, pero se puede lograr”, dice con entusiasmo la joven.

Actualmente, Yorcelly está enfocada en el Premundial de Futbol Femenino Sub-20 a efectuarse en República Dominicana en el 2020.

“Estamos entusiasmadas, el equipo está unido, hay confianza y fe en cada una para avanzar en la siguente fase, creo vamos a llegar lejos”, dice con alegría la futbolista nica.

Además de ser atleta, Yorcelly estudia primer año de Licenciatura en Educación Física y Deportes en el Instituto Nicaragüense de Deportes (IND).

“Espero en Dios pueda concluí mi carrera. El deporte me apasiona y quisiera enseñar lo que sé y dar consejos como me lo han dado en el futuro. A las muchachas que les gusta el futbol les digo que nunca dejen de soñar, que el futbol femenino va creciendo, que no se den por vencidas. Y a esas personas que tiene una vida dura, que no se avergüencen de sus madres”, finalizó la joven, que ahora radica en Managua.

Una guerrera

Ana Isabel Abella García es la mamá de Yorcelly. Asegura que ha vivido situaciones duras pero que ha podido superarlas con la ayuda de Dios. Ana Isabel además de Yorcelly tiene otras hijas llamadas Leyensy Yainaly Granizo Abella y Kenisha Hadassha Humphreys Abella.

Yorcelly también tiene dos hermanos, que son mayores: Jorge Alexander Ow Abella y Elvis Daniel Ow Abella.

“Nunca imaginé que mi hija Yorcelly iba a representar a Nicaragua y ahora trato de apoyarla siempre. Ella ha sabido combinar sus estudios con el deporte”, cuenta la madre orgullosa.

Ana cuenta que “soy madre y padre para mis hijas. He lavado y planchado ajeno. A pesar que hemos pasado muchas situaciones duras he salido adelante con mis hijas. Haber trabajado en la chureca es un trabajo digno. Yorcelly iba a clases y luego llegaba a ayudarme en la chureca. Desde pequeña me gustó el estilismo, y hace un año estudié belleza en Managua. Actualmente estoy aprendiendo el corte de cabello de varón y si Dios me presta vida espero tener mi salón. En mi casa que alquilo ya hago mis trabajitos y lucho por tener una casa propia”, confesó Ana Isabel, quien superó el alchool, luego que casi un día un infarto la priva de la vida. Ahora sirve también al Señor.

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