Todo el año, el basquetbolista nicaragüense Harold Barberena Páez se prepara el gran día. Ahorra peso por peso en una alcancía hasta que llega a su meta. Con el dinero recoge le compra juguetes a los niños más necesitados de su natal Tipitapa, uno de los nueve municipios de Managua.
Este año, el gran día será el domingo 15 de diciembre. El jugador repartirá más de 400 juguetes en el barrio Miraluz.
“Fue una idea que nació como un compromiso como persona y jugador, como una responsabilidad ante la sociedad. Es como sentirse útil ante la sociedad y es una manera de devolver o pagar al baloncesto todo lo que me ha dado”, cuenta Barberena.
El basquetbolista de Primera División asegura que, aunque no tiene grandes recursos económicos, lo que trata de hacer es usar “los dones que Dios me ha dado”. Este será el cuarto año que realiza esta actividad.
“En esta actividad involucro a mi familia, hijos, esposa, hermanos y mis padres, además de amistades y equipos de baloncesto. El objetivo de la actividad es promover el baloncesto y ayudar a la gente de escasos recursos”, afirma.
Meses antes de la actividad, el atleta pinolero realiza un censo para saber cuántos niños hay en dicho barrio, aunque aclara que hasta chavalos de 16 años reciben un juguete.
“Las personas de este barrio son gente humilde y agradecida. Este barrio se ha ganado mi respeto y cariño”, expresa Barberena.
Promueve el deporte
La jornada de celebración, nombrada una “Navidad feliz”, iniciará el domingo 15 desde las 9:00 a.m. con juegos de baloncesto en diversas categorías en la cancha principal de dicho municipio.
Primero chocarán los conjuntos Tipitapa y Leones, en la categoría 13 años, a continuación Tipitapa y Jass, en femenino, y en masculino categoría Libre, Tipitapa y Trinis, para luego trasladarse al barrio antes mencionado para la entrega de juguetes.
“El gasto es fuerte. Los equipos tienen uniformes, trato que los niños se vayan creando en un ambiente profesional. Les doy medallas a todos. A los equipos y árbitros se les da refrigerio. También rifamos un par de zapatos, pues vendo zapatos, con el objetivo que también los jugadores se involucren para regalar más juguetes”, dice.
El atleta asegura que seguirá regalando juguetes “hasta que Dios me preste vida”.
