Hay consenso en la mayoría de los opositores sobre que la única solución viable para recuperar la democracia y la libertad es la celebración de elecciones libres, honestas y ampliamente observadas nacional e internacionalmente.
Primero deben establecerse las condiciones adecuadas. Cambios a la Constitución, reformas a la Ley Electoral, nuevo Consejo Supremo Electoral confiable, nuevas autoridades electorales nacionales, departamentales, regionales y municipales, libertad de los presos políticos, retorno de los exiliados, respeto a la libertad de prensa, devolución de los bienes retenidos a varios medios, fin del embargo aduanero a LA PRENSA y libertad de manifestación pública y de protestas pacíficas.
Es posible lograrlo con las presiones internas que se hacen en los medios, en las redes, en las expresiones públicas —hasta donde la represión lo permite— y con la presión internacional.
El gobierno y sus seguidores han hablado también de elecciones, aunque todavía no se refieren a las condiciones necesarias para que sean libres y honestas. Pero ya se preparan para ellas organizándose, tratando de recuperar sus bases y conquistar adeptos con diferentes acciones del gobierno y discursos presentando la versión de una realidad imaginaria, con mensajes trasmitidos una y otra vez, diariamente, repetidamente, en sus medios.
Si actuaran razonablemente celebrarían elecciones libres y honestas dándole oportunidad a Nicaragua de salir de esta crisis y obteniendo ellos —aun perdiendo— una salida pacífica, quitándose muchos pesos de encima, retirándose con el menor daño posible para darles una vida tranquila a sus familias, preservando al FSLN como partido activo en la vida nacional.
Las últimas elecciones libres las tuvimos en el 2006, pero el voto democrático se dividió y ganó Daniel Ortega con un 38% sin que la ley contemplara una segunda vuelta con ese bajo porcentaje. Por eso, la tarea básica, elemental, necesaria y urgente de la oposición es unirse ahora en un solo bloque y empezar ya a prepararse para las elecciones. 2020 es un año pre electoral.
Es alentador saber que hay pasos hacia la unidad en la Alianza Cívica y la Unidad Azul y Blanco, UNAB; pero preocupa que hayan voces en la UNAB y en otros grupos que se oponen a una unidad nacional total, incluyendo a los partidos políticos, que aún con las críticas que se les hacen, no se puede negar que al menos YATAMA, el PC, CxL y el PLC son partidos que tienen organización y experiencia. Pueden aportar mucho a la unidad o dañar la unidad nacional, según se sumen a la misma o los rechacen.
En la UNAB dicen tener más de 90 organizaciones que no se sabe quién los eligió ni a cuántos representan. Hay partidos políticos allí ejerciendo bastante influencia, y grupos que son diferentes expresiones de éstos. Seguramente entre esos 90 grupos hay muchos con menos seguidores que los que tienen los partidos políticos.
Unos acusan a otros de haber sido aliados del FSLN, haber hecho malos gobiernos y cometer actos de corrupción. Pero, ¿quién, libre de culpas, tiene “la vara” para medir el mal cometido, por una parte en la década de los 80, durante el gobierno de los sandinistas unidos, y por otra entre 1990 y 2006, durante las administraciones Chamorro, Alemán y Bolaños? No es momento de reclamar errores o culpas pasadas, sino de pensar en el fin común e inmediato: ganar unidos las próximas elecciones para recuperar la democracia y la libertad.
Pero se necesita un buen candidato y hay necesidad de pensar seriamente en eso. ¡El tiempo avanza! Un candidato cohesionaría la unidad nacional. Para designarlo habrá muchas propuestas. Lograr un acuerdo será complicado.
Sugiero escoger a un elector que lo designe. Un elector respetado por todos, honesto, opositor a toda prueba, sensato, de gran trayectoria, y cuya representatividad y legitimidad no tiene que probarse. Su legitimidad la respaldan más de un millón de votos depositados para él en las últimas elecciones en que todos los partidos y sectores participaron. El Señor Presidente Don Fabio Gadea Mantilla, democráticamente electo en 2011, cuyo triunfo le fue arrebatado fraudulentamente. Creo que por edad y salud no aceptaría ser él mismo, pero sí podría designar al candidato y su fórmula.
¡Es solo una sugerencia para considerarse!
El autor es abogado y analista político.
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