Desde el año pasado, el reconocido artista y maestro Henry Aguilar, ha venido realizando un serie de dibujos y pinturas destacando en su paleta artística los colores azul y blanco de la Bandera Nacional; la más reciente es una obra sobre personajes del Güegüense, con la cual avisora para este 2020 la lucha de la resistencia cívica, la salida del régimen de Daniel Ortega y el retorno de la democracia para el país.
“Mi nueva pintura lo que hace es proclamar que desde abril del 2018, nuestra sociedad se ha convertido en un güegüense más, un güegüense callejero”, en permanente “lucha cívica con el azul y blanco como símbolo de resistencia”, destaca Aguilar.
En este sentir, su obra retoma las protestas del pueblo autoconvocado contra el régimen Ortega-Murillo y presenta cambios simbólicos y significativos de la crisis y la nueva realidad.
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Al respecto explica que ahora en vez de llevar el tradicional chischil y el cofre, ha incorporado en su composición visual la Bandera de Nicaragua, pañuelos, así el color azul y blanco en el traje folclórico de la Suche Malinche, como una forma de enaltecer el papel de las mujeres que han levantado su voz.
Ya que tanto, el uso de la bandera y sus colores azul y blanco son ahora el “campo de batalla” destaca el artista. Y sus personajes aludidos en la obra son los pobladores humildes, entre ellos vendedores ambulantes, ancianos que se manifestado hasta en sillas de ruedas, incluyendo niños con sus rostros cubiertos con banderas.
La obra, observó el artista, también incluye a trabajadores del Estado obligados a ir a las marchas organizadas por el régimen. Estos son representados en la pintura por el Gobernador Tastuanes pero haciendo la guatusa. Esta acción de burla es vista por el pintor como un señal que “trabajadores del Estado le están haciendo la guatusa al tirano”.
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Desde los años ochenta, Aguilar ha venido trabajado y promocionado la obra El Güegüense en su expresión tradicional y con sus catorce personajes, entre ellos el Gobernador Tastuanes, Alguacil mayor, regidor real, Suche Malinche, y los macho ratones; tratados con lentejuelas y encendidos colores opalinos; así en plumillas en blanco y negro. Pero ahora ha incorporado estos nuevos significados y símbolos de la resistencia cívica.
Máscaras, otra simbología de resistencia cívica
Otro elemento que consideró relevante en su obra es el uso de máscaras como una forma de taparse el rostro, pero que ahora se hace uso de los colores azul y blanco de la bandera de Nicaragua. Al respecto reveló que muchos maestros que trabajan para el Ministerio de Educación han asistido a las marchas, pero con sus rostros tapados con máscaras de El Güegüense, como una forma de protestar.
Por lo que, las máscaras del Güegüense han pasado a ser una simbología de la resistencia cívica. Esto se ha visto en Monimbó, en Masaya, Managua y Diriamba. Otros han hecho uso de las máscaras folclóricas para proteger su identidad, subrayó.
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Aguilar también ha pintado a mano y sobre camisetas blancas, rostros de presos políticos sobre la bandera y con las letras “libertad”, entre ellos de los periodistas Lucía Pineda Ubau y Miguel Mora. A su criterio esta fue otra forma de solidaridarse desde su arte y con la lucha del pueblo.
Sobre el uso del escudo al revés en la bandera, es un señal que todo lo que el régimen ha hecho en este país “ha estado al revés”, por lo que estima que este 2020 las protestas de los autoconvocados continuarán.
Otros de sus dibujos
Otros de sus dibujos que este artista ha realizado son los titulados: “El niño de rodillas”, “La crucifixión”, “El renacimiento, “El Cristo de mayo” y el “Parlamento callejero”.
“El niño de rodillas” es uno de los dibujos que elaboró a los días de iniciadas las protestas, y sus cruces recuerdan “el martirio de lo que sufrió el año pasado la juventud” ante la represión brutal de la dictadura que dejó un saldo funesto de muertos, desaparecidos, presos y exiliados.
Las fiestas de Diriamba
La obra del Güegüense valorada tesoro cultural de Nicaragua es una obra maestra de baile teatralizado del siglo XVII. El 25 de noviembre del 2005 fue declarada por la UNESCO: “Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad”.
Se presenta en las fiestas patronales de San Sebastián en Diriamba (departamento de Carazo) entre el 17 al 27 de enero, de cada año. Asimismo en Masaya, durante las festividades patronales a la Virgen de la Asunción; y se destaca el mestizaje indígena y español, y sus diversas expresión del folclor regional.