La protesta civil nacida en abril de 2018 demostró que la ciudadanía nicaragüense no necesitó un líder que la uniera en contra la dictadura de Daniel Ortega, pero a la vez, la falta de articulación de todas expresiones autoconvocadas fue una desventaja al momento de enfrentarse al régimen en una negociación política. Finalmente el ataque letal de la dictadura mató las expresiones espontáneas, que no tenían una estrategia ni dirección que las guiara para continuar.
Una idea que guíe en la lucha contra la dictadura
Desde entonces, las diferentes expresiones opositoras se comenzaron a organizar para tener una estrategia uniforme de lucha frente a la dictadura. Para el sociólogo Cirilo Otero, la guía de la oposición no necesariamente tiene que ser una persona, sino una idea o un objetivo en común, pero sí reconoce que sin organización, no puede haber unidad de todas las fuerzas opositoras.
“Cuando no hay un centro de guía, se hace cualquier cosa. Por ejemplo: en cada tranque había una autoridad con un liderazgo inmediato, pero no era consecución de hecho. Cuando llegó la guardia asesinando, todos salieron en estampida. Eso fue grave, porque los tranques sí tenían contra la pared al dictador, pero nadie los dirigía, por eso, quienes estaban en el diálogo, no se podían comprometer a mantener los tranques o a quitarlos, porque no tenían control sobre cada uno”, manifestó el sociólogo Cirilo Otero.
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Otero consideró que en Nicaragua la oposición no ha logrado ungir a un líder en común, pero valoró que eso no es lo primordial en este momento que vive el país. Lo importante para el sociólogo debe ser que la oposición esté clara de lo que quiere, en este caso; la salida de Ortega del poder. “Cuando una idea prende de la mente de la masa es indetenible”, expresó Otero parafraseando a Carlos Marx.
El tema de la elección de un líder de la oposición se vuelve cada vez más relevante a medida que se acerca 2021, año de elecciones nacionales, en un país dirigido por la dictadura de Daniel Ortega y su esposa, Rosario Murillo, quienes se han mantenido en el poder los últimos 12 años a través de fraudes electorales, manipulación de las leyes, concentración del poder y el control de las fuerzas de las armadas.
“El liderazgo se opone a la democracia”
La socióloga Luisa Molina manifestó que en Nicaragua el tema de los liderazgo es muy controversial, porque la regla ha sido que los líderes se convierten en caudillos, tanto así que para ella “el concepto de liderazgo se opone al concepto de participación democrática”.
“De alguna manera en Nicaragua el liderazgo te lleva al defecto del caudillismo, y el caudillismo ha significado verticalismo, ha significado imposición y lo peor, ha significado es dictadura”, aseveró Molina.
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La socióloga explicó que desde su punto vista error ha sido que el liderazgo no está en función de un servicio social, ni de potenciar capacidades, ni de potenciar colectividades, sino más bien, en el caso de Nicaragua, “se va convirtiendo en un tipo de privilegio, exclusividad. De sobresalir y sentirse indispensable”.
Líderes militares
El politólogo José Antonio Peraza opinó que particularmente Ortega representa “la última expresión” de un tipo de líder “caudillesco militar” como lo fue, según el politólogo, el general José Santos Zelaya, el general Emiliano Chamorro, Anastasio Somoza García, Anastasio Somoza Debayle e incluso el mismo general Augusto C. Sandino. “Son líderes militares que terminaron haciendo política, pero en realidad surgen como líderes de su autoridad militar”, manifestó Peraza.
También diferenció a los líderes político-cívicos “con una alta dosis de autoritarismo” que han surgido en los últimos tiempos, entre quienes identificó a Arnoldo Alemán Lacayo, por ejemplo.
¿Ventaja?
Peraza explicó que esos personajes autoritarios tienen la ventaja de que toman las decisiones más rápido, porque no esperan el consenso, ni el debate, ni someten sus propuestas a la mayoría, pero luego son quienes se consideran indispensables y se convierten en dictadores.
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“Todos queremos saber cuáles son las directrices claras de hacia dónde vamos, entonces con un solo liderazgo es fácil porque él toma todas las decisiones, él y su grupo, pero eso no es lo que necesita Nicaragua. Nos fascina que una persona puede resolver las cosas de manera casi mágica y ahí está gran parte de los problemas que hemos tenido en nuestra historia”, opinó Peraza.
El líder se debe eligir con un procedimiento
El politólogo aseguró que la oposición organizada nicaragüense cada vez tiene más claridad de que el líder se tiene que escoger con un procedimiento claro, transparente y que otorgue legitimidad.
“Los nuevos liderazgos van a surgir de un proceso de reflexión, de llegar a acuerdos sobre las reglas del juego, y, una vez que estén definidas las reglas del juego, va a salir el nuevo liderazgo producto de su trabajo anterior, de sus propuestas, del carisma que tenga, de la aceptación de la gente”, dijo Peraza.