La nueva propaganda de Daniel Ortega en edificios estatales es para los críticos una señal de su tercera candidatura, de forma consecutiva, a la reelección presidencial en 2021.
La propaganda más visible está en el edificio del Ministerio de Economía Familiar, Comunitaria, Cooperativa y Asociativa (Mefcca), ubicado en la carretera Managua a Masaya, donde se lee en un colorido muro: “Todos con Daniel”.
El político opositor y miembro de la Alianza Cívica, José Pallais, manifestó que esa publicidad es típica de una campaña electoral, que indicaría que el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) no tiene otro candidato que ofrecer más que Ortega.
“(Esa publicidad) estaría denotando que el FSLN después de Daniel no tiene futuro. Y que Daniel está ligando a su propia suerte, la suerte de su partido; a su propio desempeño, el futuro de su organización. Y evidencia que es un partido construido alrededor de una familia que no tiene posibilidades de sucesión. Eso estaría forzando la eventual candidatura de Ortega con la consecuencia funesta que para el partido seguro tendría”, valoró Pallais.
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En 2019, en la inauguración del paso a desnivel Nejapa, Managua, la gorra de uno de los escoltas de Ortega, con la expresión: “Daniel 2021”, agitó la controversia de su probable tercera reelección en los próximos comicios nacionales.
En los últimos 36 años, Ortega ha sido el único candidato presidencial del partido rojinegro, en las siete elecciones nacionales que ha habido en Nicaragua (1984, 1990, 1996, 2001, 2006, 2011, 2016) a partir de las revolución sandinista.
Si Ortega concreta su tercera candidatura a la reelección en 2021, Pallais manifestó que se convertiría en un candidato presidencial señalado de crímenes de lesa humanidad, con un elevado repudio de la ciudadanía, en un país sujeto a sanciones internacionales y aislado y con una situación económica gravísima por su falta de voluntad de buscar una solución negociada a la crisis que vive el país.
El analista político Eliseo Núñez Morales opinó que la centralización del partido en la imagen de Daniel Ortega no permite que haya un sucesor notable en el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN).
“No construyeron la parrilla de sucesión y ahora no están en capacidad de generar nuevas candidaturas debido al centralismo”, manifestó Núñez.
En las elecciones nacionales de 2016, la primera dama Rosario Murillo, esposa de Ortega, fue impuesta como vicepresidenta y a la vez su sucesora en el poder. Pero ese objetivo quedó truncado por las sanciones de Estados Unidos contra la primera dama en noviembre de 2018.