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Carlos Tünnermann, Nicaragua, Ejercito de Nicaragua, elecciones, Daniel Ortega

“Nosotros no gestionamos sanciones. Las sanciones se las gana el Gobierno con sus actitudes”, Carlos Tünnermann. LA PRENSA/O.NAVARRETE

Carlos Tünnermann: “El Ejército tendrá que acatar las órdenes del nuevo Gobierno Democrático”

En esta entrevista analiza la actualidad de la Coalición Nacional, la sombra sandinista que sigue a algunos y la posibilidad de que Ortega perpetre otro fraude y lleve al país a una situación similar a la de Venezuela

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Para llegar la casa de Carlos Tünnermann hay que pasar dos retenes policiales. En el segundo te quitan la cédula, te interrogan, te toman fotografías, te bajan del vehículo para revisártelo y te hacen esperar varios minutos hasta que llega un policía vestido de civil para autorizar el ingreso a El Carmen.

Pronto Tünnermann cumplirá 87 años; sin embargo está enfocado en contribuir a la formación de una unidad fuerte para enfrentar a Daniel Ortega. Asegura que está trabajando para cambiar la forma de hacer política en el país.

Se le escucha llegar a pasos cortos con su bastón desde la biblioteca donde todavía quedan algunos libros. Los acaba de donar casi todos a la Universidad Centroamericana (UCA).

Con esta han sido dos las dictaduras a las que se ha enfrentado. En esta entrevista analiza la actualidad de la Coalición Nacional, la sombra sandinista que sigue a algunos y la posibilidad de que Ortega perpetre otro fraude y lleve al país a una situación similar a la de Venezuela.

¿Cómo va el proceso de formar una unidad sólida para enfrentar a Ortega?

Ya se instaló la mesa multilateral a la que asisten representantes de las siete organizaciones y partidos que firmamos el acta del martes pasado. Es decir que el trabajo de la Coalición Nacional ya comenzó. En su primera sesión de trabajo, como es lo normal, lo primero que se hizo es presentar las reglas del juego. La Coalición es abierta y no se aboca solamente a la participación de los partidos políticos. Reconocemos la importancia que tienen los partidos, pero vamos más allá y por eso están ahí organizaciones que no son partidos. Como la Alianza Cívica, la Unidad Azul y Blanco, Movimiento Campesino y esperamos que otros movimientos sociales y organizaciones se sumen. Las puertas de la Unidad Nacional están abiertas.

¿No temen que el Frente Sandinista se aproveche de esta apertura y les infiltre personas para reventar desde dentro la Coalición?

Nosotros conocemos muy bien las tácticas que siempre ha utilizado (Daniel) Ortega. Él siempre ha tratado, cuando se han formado estas uniones opositoras, de causar división. Lo de provocar divisiones ha sido una de las políticas de Ortega y otra es tratar de infiltrar personas que les estén informando lo que hacemos y provocar problemas. Debemos estar alertas.

No veo a Ortega quedándose de brazos cruzados en este sentido. ¿Tiene la Coalición Nacional algún filtro?

Es verdad que no se queda de brazos cruzados, tanto así que el día que se anunció la instalación de la Coalición vimos el gran despliegue policial. La presencia policial no era solo por la marcha, también era para intimidar. Tenemos que tomar todas las medidas de precaución para evitar que las estrategias y tácticas de Ortega puedan causar problemas.

¿Están seguros de que realmente se van a celebrar estas elecciones de 2021?

Sabemos que en este país nada se puede dar por seguro. Hay una disposición constitucional que establece que son cinco años de gobierno. Incluso para nosotros sigue siendo válido el reclamo de que las elecciones pueden adelantarse. Podría ser a finales de este año o en los primeros meses de 2021, sin necesidad de esperar hasta noviembre. Porque cada día que pasa se cae más la economía, el desgarro social es más grande, hay más presos políticos, secuestrados, allanamientos y en consecuencia no hemos retirado de nuestra agenda la posibilidad de un adelanto. Ahora, si nos vamos hasta 2021, tienen que existir las condiciones. Eso significa el pleno cumplimiento de los acuerdos que se firmaron en la mesa de negociación.

¿Estaría lista la Coalición Nacional para enfrentar un adelanto de elecciones?

A través del grupo de reforma electoral de la Coalición Nacional y con la presencia de representantes de los partidos políticos que ya están en la Coalición, e incluso con la presencia de Ciudadanos por la Libertad que sí participó en este esfuerzo, se logró consensuar un documento de reformas para que este país pueda tener unas elecciones justas, libres y transparentes y que representen la voluntad del pueblo. Es necesario el cambio de poder electoral.

Este 28 de febrero se venció el plazo de tres años del memorándum de entendimiento de la OEA y Ortega.

Este memorándum es muy interesante porque obligaba a que se hiciera una auditoría completa al padrón electoral, ya que hay personas fallecidas que luego aparecen votando. También se toca el tema del proceso de cedulación que en Nicaragua está politizado; estaba también incluida en este memorándum la revisión del sistema de transmisión de los datos electorales, que es muy importante porque en este proceso en ocasiones es donde se hace el cambio de cifras que vienen en las actas escrutadas. Entre otros temas de reformas electorales. Ya hemos dicho que es importante que el día que el régimen decida hacer estas reformas seriamente, entonces en ese momento debe estar presente la asesoría técnica de la OEA que es muy valiosa. Pero el hecho está en que el Gobierno dejó que se venciera el plazo y desde la OEA nos dicen que no han tenido ninguna comunicación para ampliar el plazo de tres años. Parece que el Gobierno quiere negociar con actores que acepten las propuestas diseñadas por el Gobierno, que serían reformas cosméticas.

¿Qué dicen sobre esto los aliados de la Coalición Nacional?

El Partido Liberal Constitucionalista que está en la Coalición se ha comprometido a que bilateralmente no van a discutir una reforma electoral con Ortega. Repito, esa sería una reforma cosmética que sería rechazada por la población.

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Si finalmente la dictadura hace estas reformas a su medida, ¿la Coalición Nacional participaría en esas elecciones?

Jamás. En un proceso viciado desde su origen no participaríamos. Además nosotros siempre hemos dicho que, para que exista un proceso electoral, primero hay que poner en libertad a todos los presos políticos. Es un punto prioritario en nuestra agenda. También debe cesar la persecución y que deben de cumplirse las garantías constitucionales. ¿Qué proceso electoral podemos tener aquí, si estamos en un estado policiaco? Se debe de cumplir todo lo firmado en los acuerdos de la mesa de negociación.

Sin embargo, Daniel Ortega no ha cumplido la mayor parte de estos acuerdos.

Que Ortega cumpla dependerá mucho de la presión nacional e internacional. Cuando hablo de la presión internacional quiero dejar claro que las sanciones que imponen los gobiernos extranjeros no son consecuencia de gestiones de la oposición. Nosotros no gestionamos sanciones. Las sanciones se las gana el Gobierno con sus actitudes, con estos actos de represión, allanamientos ilegales, lo que está sucediendo contra los pueblos indígenas y sus derechos. Las sanciones son una consecuencia del irrespeto de los derechos humanos por parte del régimen. Así que si los gobiernos extranjeros imponen sanciones es porque el Gobierno se las ha ganado, no se necesita que las gestionemos.

¿Cree en la posibilidad de que la dictadura realice esas reformas cosméticas para provocar la salida de la Coalición del proceso electoral?

Eso lo que traería como consecuencia es que el gobierno que surja presidido por Ortega o la persona que él designe, nacería con ilegitimidad. Sería un gobierno con ilegitimidad de origen. Lo más probable es que no sea reconocido por muchísimos gobiernos, salvo aquellos que van en la misma línea ideológica del régimen actual, pero esos son una minoría. La mayor parte de países tanto de América Latina como de Europa y otros continentes, no los reconocerían. Caerían en una situación más o menos como la de Nicolás Maduro que se considera un gobierno ilegítimo. En consecuencia esto le cerraría las posibilidades de toda ayuda del exterior, préstamos de bancos internacionales y posiblemente de bancos centroamericanos, porque ningún organismo financiero le va a proporcionar dinero a ningún gobierno ilegítimo y traería una ruina total a la economía del país. Me parece que eso es un suicidio. La ilegitimidad estaría tan evidente que ningún gobierno serio lo reconocería.

¿Cree posible que Ortega deje a la Coalición Nacional hacer campaña política de cara a unas elecciones?

Eso dependerá de la fuerza que demostremos en la Coalición Nacional. El Frente se atreve hasta donde mira que puede dominar la situación. Si la Coalición Nacional se consolida a como ya está en proceso de hacerlo, me parece que será muy difícil que quiera Ortega repetir las experiencias de los fraudes anteriores.

Ya sabemos el papel de la Policía en la represión. ¿Qué papel debería de tener el Ejército de Nicaragua en las próximas elecciones?

Me llamó mucho la atención el discurso del general Avilés al momento de recibir el bastón de mando para un nuevo período de cinco años. En su discurso hubo una parte en que dice que es indispensable que cese la campaña de odio. Ahora, todos sabemos de dónde proviene la campaña de odio. Porque en lo que se refiere a la oposición, nosotros no hemos desatado ninguna campaña de odio. En consecuencia, esa frase me parece como que cese a ese odio (del Frente Sandinista). Esta campaña puede terminar en que gente fanática pueda realizar actos que se salgan del control de las mismas autoridades. En el caso de unas elecciones que realmente sean libres, justas y transparentes y surja un gobierno democráticamente electo; atestiguado por la observación nacional e internacional, el Ejército tendrá que reconocerlo y acatar las órdenes del nuevo gobierno democrático.

¿Y si Ortega no quiere dejar el poder?

Me ponés siempre en hipótesis. Lo hizo ya una vez en 1990 y fue porque aquí hubo una presencia de observadores internacionales muy grande. Aquí estaba la misión de la OEA, la misión de Naciones Unidas, la misión del Centro Carter, los europeos y todos coincidían en que Ortega había perdido. Si bien algunos le aconsejaban dentro del partido que no dejara el poder se vio obligado a reconocer que doña Violeta Barrios le había ganado.

Le pongo la hipótesis porque de Daniel Ortega se puede esperar cualquier cosa.

Ortega ahora está en una situación muy distinta. Mirá, en 1990 Ortega perdió las elecciones y reconoció su derrota el 25 de febrero, pero en ese momento todavía había mucha simpatía en muchos países por la revolución. Sin embargo, Ortega y por primera vez en la historia de América Latina, una revolución que llegó al poder por medio de las armas tuvo que entregar el poder por unas elecciones. En consecuencia, si eso se repite, de que hay evidencia total de que Ortega fue derrotado o el candidato o candidata que designe, tendrá que aceptar la derrota.

¿Cree que quede algo de esa simpatía revolucionaria que despertaba Ortega?

Si queda es en cantidades mínimas. Él mismo se ha encargado de destruir su propia imagen; es decir, la imagen del revolucionario que llegó al poder por medio de una lucha contra una dictadura dinástica, esa imagen la ha destruido porque él mismo está repitiendo las mismas violaciones a los derechos humanos.

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Parece que también destruyó la imagen del mismo sandinismo. La gente ahora rechaza al que tenga una pasado sandinista, vemos las críticas a Gioconda Belli, por ejemplo.

Las críticas contra Gioconda Belli fueron totalmente injustificadas. Ella tiene 30 años de haberse separado totalmente del Frente Sandinista y más bien ha estado durante todos estos años apoyando los esfuerzos. Gioconda Belli es una de nuestras glorias literarias. Eso es precisamente lo que la gente no ha querido entender.

Da la impresión de que ahora a todos los que tuvieron cargos importantes en el pasado les persigue ese pasado sandinista.

Son personas que siempre están viendo hacia al espejo retrovisor en lugar de ver hacia adelante. En lugar de construir el futuro están asomándose al pasado para atacar. Cuando deberían sumarse al esfuerzo en conjunto. Las puertas están abiertas para todos. En lugar de estar haciendo esas críticas contra los que estamos tratando de construir una Coalición Nacional. Tenemos que tener en mente qué Nicaragua le vamos a heredar a las nuevas generaciones. Tenemos el deber los que hemos cometido errores en el pasado, y yo mismo los cometí en el pasado, de ver cómo podemos contribuir para crear la Nicaragua que se merecen los jóvenes.

Usted ha trabajado políticamente para salir de dos dictaduras.

La verdad que nunca pensé que se volvería a repetir una dictadura y que esta fuese peor que cuando me tocó poner mi granito de arena, cuando fui del Grupo de los 12. La lucha contra la dictadura de los Somoza fue muy cruenta. Una lucha armada en la que muchas personas dieron su vida y Somoza bombardeó sin piedad las ciudades de Estelí, León, Masaya. Entonces fueron muchos muertos civiles. El costo para salir de la dictadura dinástica de los Somoza fue muy grande. Creí yo que en ese momento estábamos inaugurando un país verdaderamente libre, un país que ya no volvería a repetir esta experiencia.

¿Qué lo impulsa a luchar contra Ortega?

Al ver que esto se repite, a pesar de las limitaciones que supone mi edad, decidí que debía dar mi contribución. Ese es un imperativo patriótico como lo es la unidad. Hacer la unidad, juntar a todos los que creemos en la democracia, y que este país merece la oportunidad de reconstruirse y de volver a ser una auténtica democracia. Valía la pena volver a hacerlo. Me he visto comprometido en dos luchas contra dictaduras, pero esta segunda no me la imaginé. Nunca pensé que Ortega llegara a tener tanta ambición como para constituirse en un imitador de Somoza con pretensiones dinásticas. Sentí que era mi obligación como ciudadano, lo he dicho y lo repito: yo me considero un ciudadano. Ser ciudadano es uno de los grandes honores que nos puede dar un país.

¿Por qué dice que la dictadura de Daniel es peor que la de Somoza?

Esta lucha es cívica y ha sido pacífica y a pesar de ese carácter y que no se recurrió en ningún momento a la violencia en las manifestaciones multitudinarias, la respuesta de parte del régimen fue la masacre. Disparar indiscriminadamente contra las multitudes.

¿Logra entender al Daniel Ortega que asesina personas con tal de aferrarse al poder?

El Ortega que yo conocí era distinto. Nunca me imaginé que Ortega diera la orden de “vamos con todo”. Dicen que la orden es de la vicepresidenta, pero ella no daría esa orden sin el consentimiento de Ortega. Yo nunca me imaginé que daría esa orden contra marchas pacíficas en las que iban familias enteras. Sin embargo, los disparos fueron dirigidos a la cabeza, pecho y cuello, para matar.

¿Qué opina de Rosario Murillo?

Mejor esa opinión me la reservo.

Plano personal

Nació en Managua, en 1933. Es abogado y educador.

Fue el primer secretario general del Consejo Superior Universitario Centroamericano (1959-1964).

Es sobrino de Juan Ramón Avilés, poeta y periodista, fundador del periódico La Noticia, liberal de oposición a Somoza.

Es educador, historiador y considerado uno de los intelectuales más respetados de Nicaragua.

Los Tünnermann Bernheim tiene raíces alemanas y francesas.

Fue embajador de Nicaragua en Washington entre 1984 y 1988.

He recibido varios reconocimientos entre los que destacan el Doctor Honoris Causa por la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña, de Santo Domingo, República Dominicana; Doctor Honoris Causa por la Universidad Politécnica (Upoli) de Nicaragua; Doctor Honoris Causa por la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua.

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