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Nicaragua elecciones,

Único mensaje: dinastía

El único mensaje del discurso de hace dos noches era ese: proyectar la dinastía, que es como meter el dedo en la herida de Nicaragua, ¡y removerla!

Creó una gran expectativa en relación con su discurso sobre el Primero de Mayo, de lo cual habló muy poco, poquísimo, y en torno al aniversario de la muerte de Tomás Borge, del cual también habló muy escasamente, para únicamente enviar el siguiente mensaje: como se habrá notado, la disposición de las cámaras de televisión era de tal forma, que solamente enfocaban a él, su esposa, y al lado derecho de las pantallas, donde estaba entre otros miembros del gabinete, su hijo. El lado izquierdo de la pantalla, para los espectadores, no existió del todo.

El único mensaje del discurso de hace dos noches era ese: proyectar la dinastía, que es como meter el dedo en la herida de Nicaragua, ¡y removerla!

¿Qué más dijo, que no haya dicho antes? ¿Que haya atacado a los Estados Unidos? Antes lo hacía, pero muy comedidamente. Desde que Ortega regresó al gobierno en 2007, se cuidaba de hacerlo únicamente desde la historia, mencionando a William Walker, a Benjamín Zeledón, a Sandino, para satisfacer a sus escasas bases políticas. Pero como mantenía buenas relaciones con Estados Unidos, entre otras razones porque solamente el 7 por ciento de los migrantes centroamericanos hacia Estados Unidos proceden de Nicaragua, no los atacaba, ¡hasta que llegaron las sanciones por la masacre de abril!

Desde su riqueza, porque es quizá de los empresarios más ricos de Centroamérica… ¿cuándo los había atacado, como lo hizo antenoche, o en otro discurso de noviembre pasado, si no hubiesen roto con él, después de los centenares de asesinatos políticos? Y los sibilinos ataques a la Iglesia católica, a cuyos sacerdotes llamó “sepulcros blanqueados”, ¿eran, acaso, nuevos, desde que no bendicen sus actos públicos?

¿Qué otra cosa dijo Ortega, que no sea una cansina y con frecuencia incoherente lectura de estadísticas de salud?, y cifras de muertos para dar a entender que no todos son por coronavirus, aunque se le olvidó decirlo. ¡Menos mal que en esta ocasión no volvió a repetir lo de hospitales quemados en la rebelión cívica de abril, porque no los hubo!

Lo que no dijo es que su gobierno está promoviendo actividades que aglomeran gente, cuando la más elemental medida de lucha contra la pandemia es la distancia social, que se queden en casa los que no necesitan salir, como él, y no exponer a niñas y niños al contagio, asistiendo a escuelas públicas.

En definitiva, Ortega no respondió a ninguna de las cosas que preocupan a los nicaragüenses, desde la pandemia hasta el alivio de las consecuencias económicas negativas de esa pandemia. De esto no dijo nada, absolutamente nada.

El único mensaje fue visualizar la dinastía dictatorial, como si los nicaragüenses lo fuésemos a permitir.

El autor es economista.

Columna del día Daniel Ortega primero de mayo

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