Lleva 31 años en el periodismo deportivo. Es scout de los Yanquis de Nueva York y ha escrito tres libros. Tiene 27 años de casado con Elba Estrella, con quien tiene dos hijos, y aquí cuenta cómo lo apodaron en su natal Condega, sus recuerdos más tristes, cómo ha vivido la crisis política y el mensaje que da a los nicaragüenses.
¿Cuál era su juguete favorito?
La rueda de la máquina de coser de mi mamá. En esa máquina ella me hacía las camisas y los cuadernos que yo llevaba a la escuela.
¿Ha tenido algún apodo?
En Condega me dicen Tordito, un pájaro marrón de canto melodioso. En Managua, el Negrito de Condega.
¿Ha estado a punto de morir?
Un fin de semana tuve tres accidentes de tránsito y luego nos retuvo la Contra con un hermano e Iván Centeno, el cronista deportivo.
¿Qué le pone nervioso?
Las alturas.
Si pudiera cambiar algo en el mundo, ¿qué sería?
Me gustaría que los pobres fuesen felices, que la educación fuera accesible a todos y que nunca más haya guerras.
¿A quién admira?
A Jesucristo, en quien está expresada la estatura del varón perfecto.
¿Qué recuerda de los años 80?
Las filas para todo.
¿Cuál es su comida favorita?
La carne asada.
¿Un recuerdo triste?
La muerte de mi hermana Adela María. La mataron los contras y le prendieron fuego.
¿Su deporte favorito?
El beisbol.
¿Cómo comenzó su pasión por la crónica deportiva?
Leyendo y escuchando a Edgar Tijerino. Es extraordinario.
¿Qué es lo más difícil que ha vivido?
Una depresión horrible. Perdí entusiasmo por la vida y pensé en el suicidio. Dios me rescató.
¿Qué opina de Daniel Ortega y Rosario Murillo?
Perdieron la oportunidad de haber salido por la puerta correcta de la historia.
Un mensaje para Nicaragua.
No nos acostumbremos a la pobreza, ni a la falta de libertad y justicia.
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