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Un helicóptero de la Fuerza Aérea Sandinista sobrevuela las zonas afectadas por el Juana en El Rama, donde se crecieron las aguas del río Escondido. LA PRENSA/ Archivo

Los huracanes más devastadores en la historia reciente de Nicaragua

El Mitch, el Juana, el Irene y el Félix causaron grandes estragos a lo largo del territorio nicaragüense. Estos han sido los efectos de los huracanes más devastadores de los últimos años.

Félix

Se formó en el océano Atlántico a partir de una onda tropical, el 3 de septiembre de 2007 alcanzó la categoría cinco y al día siguiente tocó tierra en la costa noroeste de Nicaragua, propiamente en Barra de Sandy Bay, entre Bilwi y Cabo Gracias a Dios. Golpeó con vientos de entre 260 y 310 kilómetros por hora, para luego degradarse a depresión tropical y seguir su curso hacia Honduras, donde se disipó por completo. El ciclón se ensañó con la Costa Caribe nicaragüense, dejando 102 personas muertas, 130 desaparecidas y 220 mil damnificados. Se estima que las pérdidas económicas alcanzaron un monto de 716 millones de dólares de la época.

Tras el paso del huracán Félix, un hombre llora desconsolado frente a los escombros de lo que había sido su casa, en la Costa Caribe nicaragüense. LA PRENSA/ Archivo

Mitch

Fue un huracán malcriado, furioso y totalmente impredecible, inestable, caprichoso y devastador. El más mortífero de los ciclones que afectaron a Nicaragua en el siglo pasado y uno de los más poderosos que se han visto en la era moderna, con una forma perfecta y vientos sostenidos de hasta 290 kilómetros por hora.

Se formó en el mar Caribe el 22 de octubre de 1998 y, en condiciones extremadamente favorables, pasó muy rápido al nivel más alto posible: la categoría cinco. Se movió paralelo a las costas de Honduras y Nicaragua, a una lentitud pasmosa que dejó cantidades históricas de precipitaciones.

Se estima que a lo largo de su trayectoria (hasta golpear la Florida como tormenta tropical) causó la muerte de unas 18 mil personas, además de pérdidas valoradas en 5 mil millones de dólares de la época. La mayor parte de los daños se concentraron en Honduras y Nicaragua.

Aunque nunca entró a territorio nicaragüense, lo golpeó más que cualquier otro ciclón. En Nicaragua las grandes precipitaciones provocaron el deslave del volcán Casita, que a las 11:00 de la mañana del 30 de octubre de 1998 sepultó dos comunidades enteras y mató a 2,500 personas. El Mitch hizo tanto daño que fue sacado de las listas de nombres para huracanes, igual que el Juana, el Fifí y el Katrina, por ejemplo. Es una medida que se toma para evitar que la población mezcle psicológicamente un evento anterior con un evento actual. Es decir, para no revivir el trauma.

Esta era Managua el 2 de noviembre de 1998, inundada por las grandes precipitaciones ocasionadas por el Mitch. Sin embargo, la mayor tragedia ocurrió en Chinandega, con el deslave del volcán Casita. LA PRENSA/ Archivo

Juana

1988 fue el año del huracán Juana. Causó destrozos a lo largo de 320 kilómetros y dejó al menos 140 muertos, 100 desaparecidos y más de 200 mil damnificados en Nicaragua. Los peores días fueron el 22 y el 23 octubre y, según datos del Ineter, donde más llovió fue en Managua, Nandaime, León, Rivas y Juigalpa. Pero Corn Island fue el primer territorio azotado por el huracán categoría 4, que tocó tierra en Bluefields el día 22.

La ciudad caribeña quedó en escombros tras el paso del ciclón. Durante muchos años el Juana vivió en la memoria de los nicaragüenses como un desastre comparable con el terremoto de 1972. Aunque fue mucho menos mortal, causó grandes estragos económicos en un momento que de por sí ya era crítico.

Bluefields quedó en escombros tras el paso del huracán Juana. LA PRENSA/ Archivo

Aletta

Aunque suele llamársele huracán, en realidad fue una tormenta tropical débil pero destructiva, que mató a 308 personas mientras permanecía frente a las costas de América Central. Se formó en el Pacífico y afectó principalmente esta zona y la región central del país. Las lluvias más fuertes sucedieron los días 23, 24 y 25 de mayo de 1982, ocasionando más daños en Chinandega, León (que quedó incomunicado) y Corinto. Hubo inundaciones en Honduras, El Salvador y Nicaragua.

Un brigadista se desliza en una cuerda para cruzar una hamaca con un niño deshidratado y llevarlo al otro lado del río Las Cañas, en San Isidro, Matagalpa, para que el infante recibiera tratamiento médico. LA PRENSA/ Archivo

Irene

El huracán Irene entró a Nicaragua por el sur de Bluefields el 19 de septiembre de 1971 y avanzó a través del territorio nacional hasta salir al océano Pacífico, donde fue bautizado como Olivia. Fue el primer huracán en golpear Bluefields desde 1911 y se considera que tuvo un impacto significativo, aunque nada comparable con fenómenos posteriores. Las ciudades más afectadas fueron Rivas, Corinto y Bluefields. Por donde el Irene pasó, las personas tuvieron que ser evacuadas. En San Carlos, Río San Juan, la gente huyó a los lugares más altos; el temor se apoderó de islas como Solentiname y Ometepe; y en Granada el lago Cocibolca se metió hasta La Calzada.

 

En el kilómetro 64 de la carretera Granada-Nandaime, donde el pavimento era muy estrecho, las fuertes correntadas provocadas por las lluvias del Irene erosionaron la tierra provocando derrumbes como el que se ve arriba. LA PRENSA/ Archivo

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