No todo puede ser tan malo para Román González tras el anuncio del Consejo Mundial de Boxeo (CMB), en el cual declaraba como rival mandatorio del Gallo Estrada a Srisaket Sor Rungvisai, brindando un plazo de 30 días para la negociación de esa pelea. Chocolatito podría seguir engrosando su récord de victorias y aumentando su cuenta bancaria sin despeinarse tanto.
La revancha contra Estrada significaba alcanzar la bolsa más grande de toda su carrera y anhelada por el pugilista: el millón de dólares. No obstante, en la primera defensa del cetro de las 115 libras de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB) contra Israel “Jiga” González, el nicaragüense recibió 500,000 dólares, solamente la segunda pelea con el tailandés supera ese salario del tetracampeón pinolero. En otras palabras, sin quedar desfigurado y sangrando sin cesar como lo hizo frente a Rungvisai y, tampoco recibir golpeo constante, como ocurrió en 2012 en la primera pelea ante Estrada, el nicaragüense podría incrementar lo que devengó ante Jiga con otro rival de mayor nivel, pero sin los riesgos de Estrada o Rungvisai.
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Y es ahí donde entra Joshua Franco, campeón interino de la AMB tras sorprender a Andrew Moloney. Franco es un peleador de una sola línea y pertenece al mismo nivel que Jiga González. Chocolatito no correría mucho peligro y al ser un combate entre supercampeón y monarca interino la bolsa mejoraría sustancialmente si se coloca en el tapete en comparación con Jiga. Franco no tiene pegada, posee ocho nocauts en 17 triunfos con una derrota. Su lentitud de manos y mala defensa aplanarían el terreno para el trabajo de demolición que Chocolatito acostumbra a realizar.
La otra opción sería Moloney si recupera el cetro, debido a que exigió la revancha directa, la cual estaba concertada en el contrato y enfrentará a Franco este 14 de noviembre. Moloney es más rápido que Franco y tiene mejores combinaciones, pero no significa que sería un dolor de cabeza para el nicaragüense. Chocolatito tiene una maestría en cerrar los espacios de los oponentes con las piernas, arrinconarlos y conseguir la penetración de sus descargas, a pesar que en la última pelea ante Jiga no se vio así. La explicación es por la afectación de la altura en la Ciudad de México.
Así que a Román el CMB le cierra la puerta de la revancha, pero le abre otras posibilidad de cargar sus bolsillos sin entregar mucha sangre.