Fue solo un milímetro para los científicos, pero un gran salto para la tecnología cuántica.
En un reciente experimento, un equipo de científicos en Alemania logró atrapar una porción de luz, meterla en una “maleta” y transportarla a otro lugar.
Todo ocurrió a una escala invisible a simple vista, en una cámara de vacío bajo condiciones controladas dentro de un laboratorio, pero el logro es un avance en el desarrollo de la computación y las comunicaciones cuánticas.
Transportar la luz como si fuera un objeto sólido suena muy llamativo, pero la clave del hallazgo es poder “transportar la información que contiene la luz”, según le dice a BBC Mundo Patrick Windpassinger, físico de la Universidad de Mainz y líder de la investigación, que fue publicada en la revista especializada Physical Review Letters.
¿Qué fue lo que lograron estos científicos y por qué es importante?
Maletas de atómos
Transmitir luz no es algo nuevo. La luz puede viajar, por ejemplo, a través de un cable de fibra óptica.
Lo diferente esta vez fue que la luz fue almacenada en una “maleta” de memoria cuántica de luz y trasladada a través de una cinta transportadora óptica.
¿Memoria cuántica?, ¿cinta transportadora óptica? Veamos de qué se trata eso.
Windpassinger y su equipo tomaron unas diminutas partículas de luz, llamadas fotones, y las empacaron dentro de una maleta hecha de átomos ultrafríos de rubidio-87.
Las maletas de rubidio-87 ofrecen una alta capacidad de almacenamiento durante largo tiempo.
A esas maletas atómicas se les llama “memorias cuánticas”, porque en su interior llevan toda la información de la luz.
Luego, los investigadores utilizaron dos rayos láser para llevar la maleta de un lado al otro, como si fuera una cinta transportadora óptica.
“Movimos la maleta en una corta distancia y luego volvimos a sacar la luz”, dice Windpassinger.
Todo esto ocurrió a una escala cuántica. En total, la maleta recorrió solo 1,2 milímetros sobre la cinta láser.