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Edwin Palacios junto a su familia. LAPRENSA/TOMADA DEL CMB

El excampeón nacional explotado y abandonado en España que logró un inesperado final

“Mi único anhelo era regresar a casa, estar con mis hijos, mi esposa, mi familia, las personas que realmente me quieren y se preocupan por mí. Me fui lleno de ilusiones, y lo que obtuve a cambio fue el infierno", relató Edwin Palacios

Nada en Nicaragua ha sido normal en los últimos años, menos en el deporte. El boxeo es esa ilusión del joven pobre por encontrar una vía de escape a las precariedades. Así fue como Edwin Palacios se enrumbó en esta disciplina, pero con las bolsas obtenidas en Nicaragua, las cuales rondan los mil córdobas por asalto, difícilmente conseguiría salir del fango económico. Según relató el peleador a la página del Consejo Mundial de Boxeo (CMB), una persona llamada José García le prometió el cielo si se mudaba a España, pero encontró el infierno.

Palacios inició en el boxeo profesional en 2008, pasó cuatro años invictos hasta que perdió su primer combate contra Elvis Ramírez y luego empató con Rosemberg Gómez. En 2014 se convirtió en campeón nacional welter, noqueando a Michael Mora para luego perderlo ante Roberto Arriaza  en lo que era una de las peleas más esperadas del año. A partir de ahí empezó su declive, perdió cuatro de seis peleas y decidió emprender en 2019 su viaje a España, buscando el paraíso. “El señor José García durante mucho tiempo lo estuvo buscando para convencerlo que España era su mejor apuesta, pues allá pelearía al menos una vez a la semana, tendría hospedaje y alimentación garantizada, pero sobre todo, que las bolsas eran tan buenas que fácilmente podría juntar una considerable cantidad de dinero para regresar a Nicaragua”, relató al CMB.

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Todo eso fue una mentira de acuerdo con el testimonio del peleador. “Así como él, muchos púgiles originarios de Nicaragua habían creído en las promesas de José García, pero el destino había sido el mismo, todos ellos eran explotados, peleando por pagos irrisorios cuando él cobrara verdaderas bolsas, una alimentación deficiente, sin atención médica y casi varados a su suerte. Las cosas se pusieron aún peor, cuando la pandemia del Covid-19 azotó España, deteniendo todas las actividades”, se escribe en la nota del organismo.  Palacios estuvo enfermo, sin dinero, sin techo y sin trabajo. En otras palabras, a la suerte del destino y a la dádiva de otras personas.

Palacios destrozó por completo su récord boxístico en su paso por Europa. En total realizó ocho peleas, perdiéndolas todas y solo en dos de ellas cayendo por decisión, en las seis restantes fue noqueado. Así que en ese punto de su vida estaba sin un peso en la bolsa y arruinada su carrera en el pugilismo.  A sus 32 años Palacios quedaba con 12 triunfos, 14 derrotas y un empate.

Pero el muchacho chinandegano no se quedó de brazos cruzados y comenzó a tocar puertas para volver a Nicaragua, en donde lo esperaba su esposa e hijos. Contactó con Rosendo Álvarez, quien sirvió de canal de comunicación con el CMB y así Mauricio Sulaimán dio la autorización para ayudarle en su retorno a casa. El 29 de octubre arribó a El Salvador y por tener la prueba vencida del Covid-19 quedó unos días varados hasta despejársele el camino el 5 de noviembre, el día que volvió a abrazar a su esposa y pisó suelo nicaragüense.

“Mi único anhelo era regresar a casa, estar con mis hijos, mi esposa, mi familia, las personas que realmente me quieren y se preocupan por mí. Me fui lleno de ilusiones, y lo que obtuve a cambio fue el infierno; sin embargo, corroboré que aún existen personas buenas en este mundo, que están dispuestas a ayudar”, resaltó el muchacho, agradecido porque se le estaban agotando las esperanzas de vivir.

Deportes Edwin Palacios

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