Thaimi Acevedo rechina los dientes cuando piensa cómo será la navidad este año en su hogar, a casi 7 meses de haber perdido el alma de las fiestas decembrinas en su familia: su padre. El hombre, aunque era saludable, no tenía vicios, se ejercitaba y estaba rodeado del amor de su familia, fue una de las víctimas mortales de la pandemia del Covid-19.
Acevedo señala que, a pesar de que su padre murió en medio de la oleada de casos que en mayo cobró la vida de muchos nicaragüenses, el acta de defunción, decía que la causa de su muerte fue una “neumonía atípica”. Ella sostiene que su padre era un hombre saludable y que le sorprendió ver cómo él se deterioró en “solo cuestión de días y que terminara de esa forma”.
La joven, quien era muy apegada a su padre y convivía la mayor parte de su tiempo y aventuras con él, añade que hasta ahora, tras casi más de seis meses, siente que no ha podido afrontar su duelo a como se debe. No ha podido llorar a como pudiera haber llorado, “porque no pudimos darle un cierre a como se debió, no se pudo enterrar a como nosotros hubiéramos querido, fue superrápido por todo lo que estaba pasando”.
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“Lo que he intentado hacer para sobrellevar el duelo, para afrontarlo, básicamente es regresar al trabajo. El trabajo me ha ayudado a enfocarme en otras cosas, las que no me obligan a pensar en lo que pasó, aparte, por la situación, la familia y yo decidimos no dejarnos llevar por eso, porque tenemos que enfrentar muchas cosas”, añade Acevedo.
Entre un trago gordo, destaca que estos días la tristeza se ha apoderado de ella y de su familia, porque diciembre era una de las épocas que a su papá más le gustaba: “Porque era muy católico y mi abuela celebraba la Purísima y a él le gustaba, le gustaban los villancicos, los adornos, las preparaciones para la comida y demás”.
A pesar de que el duelo de Acevedo es muy reciente, ella y su familia han decidido celebrar “en honor” a su padre la época decembrina, que era para él la mejor época del año. “No celebrarlo, sino que conmemorarlo más que todo, pasarlo en familia y recordarlo en cada cosa que hagamos”.
Para la joven, el perder a su padre ha significado no tener ya a quien se encargaba de la alegría de esta época en su casa. A su vez, agrega, este año ella junto a su familia han acordado elevar una oración durante la cena navideña, para pedir que el resto de las familias nicaragüenses que también pasaron “este duelo” puedan seguir adelante.
Duelos durante la época
Debido a la pandemia del Covid-19, cientos de nicaragüenses estarán de luto este año en esta época de las festividades decembrinas, pero lo cierto es que otras familias también han tenido que sobrellevar el duelo por la partida de sus familiares en el último mes del año. Es el caso de Yaoska Rosales, quien perdió a su padre el 26 de diciembre de 2009, cuando ella tenía 22 años.
A Rosales esta época le trae demasiados recuerdos y sus sentimientos y emociones se convierten en un “revoltijo”, porque sabe que a pesar del paso de los años la ausencia es la misma.
Para la psicóloga clínica y terapeuta de adultos, María Gabriela Avilez, “el duelo se vive de la misma manera independientemente de la época del año en que ocurra”. Sin embargo, destaca que es claro que “quizás se percibe diferente (en esta época) porque en diciembre se supone que estamos celebrando la vida y con ello todo es alegría”.
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Respecto a la existencia de una diferencia entre la pérdida de un ser querido recientemente o años atrás, como los casos de Acevedo y Rosales, la experta explica que es lógico que golpee el hecho de no tener “a nuestros seres queridos cerca” y define al duelo como una experiencia de dolor, “de carácter subjetiva”.
“No hay dos duelos iguales, porque las reacciones son tan variadas como personas hay. Sin embargo, más allá de las fiestas, yo diría que la dimensión social de nuestra despedida se ha visto eliminada con esta pandemia (para evitar males mayores) y entonces el no poder disponer del apoyo de nuestros seres queridos en momentos tan difíciles, ha limitado en gran medida que el proceso de duelo se viva de manera tradicional”, asevera.
Culpabilidad tras la pérdida
La terapeuta agrega que es posible que las personas que viven un duelo experimenten una serie de reacciones que son ambivalentes: hay frustración, enojo y culpa. “¿Por qué? No sabemos, cómo no nos dimos cuenta que la persona estaba contagiada, qué cosas se pudieron haber evitado en el caso del Covid-19, o si hubiéramos ido al hospital. A esto se suma el hecho de que no pudimos acompañar al ser querido, como nos hubiese gustado, entonces el trauma se hace mucho más intenso”, explica.
Además insiste en que hay muchos factores que intervienen en cómo las personas procesan el duelo, como “las circunstancias en que se produce el suceso, la relación que teníamos con la persona fallecida, la edad que tenía el fallecido y nuestra propia personalidad”.
La experiencia de Rosales coincide con el señalamiento de la especialista, puesto que esta asegura que al momento de perder a su padre el entorno no era el mejor: “Antes de su gravedad hubo una discusión y salieron palabras hirientes que nunca tuve la oportunidad de pedirle perdón y decirle que lo amaba y que hubiera querido ayudarle”.
Respecto al caso de la pandemia del Covid-19, la experta subraya que lo “imprevisto golpea mucho más fuerte, pues no sabemos cómo fue el contagio no sabemos si la persona que se contagió va a superar la enfermedad, no sabemos si vamos a volver a verle, no podemos estar cerca de él/ella y a veces la persona muere sola, aislada y no podemos despedirnos de la manera tradicional”. Tal como fue el caso de Acevedo, quien sostiene que no pudo despedir a su padre como correspondía.
Los rituales de despedida son importantes
Para la terapeuta de adultos, tras el duelo es posible construir una vida incorporando distintos rituales y sostiene que “la Navidad es una época para compartir en familia”, por lo que en ese sentido, pese a que no se haya tenido “una vela tradicional, se pueden hacer rituales de despedida” para los seres queridos que se han perdido, ya sea por la pandemia o por otra causa.
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“El ritual es muy importante porque ayuda a poner un poco de orden en este caótico estado emocional en que estamos y abre la puerta para tomar conciencia del duelo, lo que permite ir integrando poco a poco lo que ha sucedido. Entonces podemos, por ejemplo, hacer cartas para el ser querido, podemos escribirle, verdad, un diario, una canción, un poema, podemos hacer una misa en su honor, encender velas, hacer un álbum de recuerdos, con las fotos más lindas, con sus canciones favoritas, con las anécdotas que recordamos, tal vez sus chistes. Es decir, con todo lo que nos permita ir integrando poco a poco lo sucedido y que nos permita adaptarnos mejor a las celebraciones de la navidad pese al dolor”, añade Avilez.
¿De qué manera pueden ayudar los seres queridos?
Avilez destaca que el apoyo de las demás personas a los afectados, “es crucial para favorecer el proceso de duelo”, pero que eso se ha “suprimido” debido a la inexistencia de los rituales que las personas realizan al despedir a sus seres queridos: “No hay velas, no hay tiempo de reflexión, no hay rituales…”.
La terapeuta sostiene que “básicamente las personas que quieren ayudarnos a superar el duelo tienen que acompañarnos”.
“Su ayuda debe servir para mitigar el dolor y por lo mismo, se trata de una entrega generosa. Básicamente hay que estar ahí para escuchar al otro, mostrar empatía y respeto por su dolor y lo que está viviendo, a veces hay que manejarse con los silencios, simplemente escuchar, abrazar y no juzgar ni siquiera de esperar algo a cambio, ya que al poder compartir ese dolor, la carga se hace más liviana”, aconseja la especialista.