El buen momento del Diriangén borró al Ferretti. Los Caciques presumieron de contundencia superando 1-3 al equipo capitalino, que quedó a deber este domingo por la noche en la semifinal. La tropa dirigida por Flavio Da Silva consumó su milagrosa resurrección con una segunda vuelta casi perfecta en la que conquistó el título de Copa y ahora clasifica inspirada a la final acumulando ocho partidos invicto —cinco victorias y tres empates— de forma consecutiva.
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Atrás quedó el Diriangén de la primera vuelta —octavo en la clasificación—, un equipo lento, sin espíritu ni olfato goleador. Esta versión del Caciques posee mucha pegada con la que marcó la diferencia en el Estadio Nacional. El Ferretti generó tres llegadas de gol, la más complicada un potente remate de larga distancia del mexicano Taufic Guarch (8), en los primeros 10 minutos que Justo Lorente solucionó en el fondo.
Los Caciques lograron un partido redondo porque el portero salvó cuando estuvieron bajo asedio y el argentino Alexis Ramos capitalizó las primeras opciones de gol. Josué Calderón se proyectó por la banda derecha y mandó un centro cruzado al segundo poste. Ramos (18) no esperó que René Huete fallara el despeje, pero estuvo atento para controlar el esférico y batir a Denis Espinoza. Cinco minutos después el argentino sentenció el encuentro con un cabezazo que volvió a retratar a la defensiva del Ferretti al perder la marca en un tiro de esquina.
Diriangén sobrado
A veces dar un paso atrás significa ir hacia adelante. Flavio Da Silva retrasó de posición a Jeffrey Chavéz colocándolo de lateral izquierdo. El capitalino desarrolló su carrera como volante, sin embargo en el actual puesto está alcanzando el brillo que puede catapultar su carrera a la Azul y Blanco o más allá si mantiene ese mismo nivel de juego.
Chávez tomó el esférico en el medio campo, se asoció con Maycon Santana y avanzó líneas ganando la espalda a los centrales. El brasileño combinó con el uruguayo Bernardo Laureiro, quien le filtró el balón al espacio. En el área el lateral se quitó al primer central (Huete) y el segundo defensor (Marvin Fletes) lo derribó de forma tajante. Santana (44) agarró el esférico y no lo soltó, por más que se lo solicitara Ramos, para hundir al Ferretti.
El Ferretti trató de remontar en el complemento. El ímpetu mostrado era insuficiente argumento para descolocar a un Diriangén bien agrupado y ordenado sin dejar espacios libres. Los capitalinos tuvieron un falso impulso con el tanto de descuento del Huete (71) en un tiro de esquina. Los Caciques cerraron el partido sin complicaciones y esperan enrachados al Real Estelí, lo más seguro, en la final de clásico nacional donde llegan tras consumar una milagrosa resurrección: solo han perdido uno de los últimos 12 partidos.