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César Benitez, arreglista y productor musical de Gloria Trevi y de otras celebridades de la canión mexicana. Imagen/Instagram

Entrevista exclusiva | César Benítez, el músico nicaragüense que trabajó a la par de Juan Gabriel, Gloria Trevi, Ana Barbara, entre otras celebridades

Los premios Latin Grammy ha reconocido dos veces los magistrales arreglos musicales del nicaragüense César Benitez: “Yo se que está en tu corazón”, de Juan Gabriel, y "Lo dijo el corazón", de Joan Sebastián

El nombre del genial arreglista y productor musical nicaragüense, César Benítez se viene a sumar a la lista de nuestros famosos músicos, Hernaldo Zuñiga y Luis Enrique Mejía, “El príncipe de la salsa”, quienes han  traspasado fronteras y hecho carrera en los grandes escenarios internacionales de la música en Hispanoamericana.

La carrera musical de Benítez ha venido creciendo detrás de los reflectores de las grandes luminarias: En las últimas casi tres décadas, ha trabajado como arreglista y productor  de grandes celebridades de la canción mexicana y Centroamericana: Juan Gabriel, Gloria Trevi, Joan Sebastián, Ana Barbara y Paquita la del Barrio; el salvadoreño Álvaro Torres, el grupo hondureño Banda Blanca, y el nicaragüense Luis Enrique Mejía Godoy y su grupo Mancotal, así lo revela en esta entrevista exclusiva.

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César Benítez  acompaño a Gloria Trevi en el “Hollywood Bowl”,como arreglista y director de una orquesta de 55 músicos. Este evento atrae artistas del mundo de la música clásica, jazz, rock y pop. LA PRENSA/Cortesía

Su carrera musical hasta el momento, lo viene a colocar como el primer nicaragüense en hacer arreglos a los grandes de la canción mexicana de los últimos tiempos, labor reconocida con dos placas de reconocimientos en los premios Latin Grammy, por canciones  trabajadas a Juan Gabriel y Joan Sebastián.

Asimismo nos revela su orígenes, las cosas que ama de su país,  nos da pista de su nuevo proyecto musical internacional y sus deseos en esta navidad para Nicaragua.

Junto a Gloria Trevi, Juan Gabriel, Joan Sebastián y Ana Barbara

—Cómo ha sido trabajar a la par de la artista mexicana Gloria Trevi. Llevas varios años a su lado.

— Es es muy agradable trabajar con ella, el próximo año, en abril, cumplo ocho años. Ella es una persona con los pies en la tierra, saben su trayectoria, ahora lo valora más por el hecho de que salió de la oscuridad a brillar como una estrella.

En el escenario la vez muy alocada, pero como Gloria Treviño es una señora incomparable, amable. He estado en su casa invitado a comer y he departido con su marido e hijos.

Una de las experiencias agridulce que tuve con ella, fue cuando mi padre murió del corazón, ese día estaba en concierto en Santa Rosa, California; entonces no quería desentonar, se lo dije antes del show.  Tuvo la delicadeza, me llamó al escenario y canté con ella el último tema que habla sobre la muerte y me dijo “esta es para tu papá”. Fue algo muy lindo y humano.

Otras de las experiencias fue en la apertura del show en Hollywood Bow, donde yo como arreglista musical soy el que escribió toda la sinfónica.

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César Benítez, ha recibido dos reconocimientos en los premios Latin Grammy, del 2016 y 2202, como arreglista de: “Yo se que está en tu corazón”, de Juan Gabriel y  “Lo dijo el corazón”, de Joan Sebastián.  LA PRENSA/Cortesía

— A Joan Sebastián, lo acompañaste en éxitos como “Secreto de amor” y en otros, antes que el cantante muriera de cáncer. ¿Que recuerdas?.

Lo conocí en 1999 cuando me invitaron a una grabación. De él solo sabía su canción “25 rosas”. Era un señor muy ecuánime, muy ranchero; entonces comenzamos a trabajar y sacamos “Secreto de amor” y varias canciones.

El sabía lo que quería y afortunadamente tuve la fortuna de producirle cuatro discos como arreglista.  Él ganó un Latin Grammy por su canción “Lo dijo el corazón”; a mí me dieron una plaqueta como arreglista esta viene a ser un reconocimiento a la excelencia musical;  después me dieron otra por  “Yo se que estás en tu corazón”, de Juan Gabriel, a dúo con Carla Morrison.

 

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— Pero también has trabajado con Ana Bárbara.

Con ella tengo un concierto virtual este domingo (6 de noviembre, del 2020) en sessionslive.com. En Los Ángeles, le he hecho arreglos con regatón y, a raíz de la pandemia sacamos su tema “Para no extrañarte tanto”, donde tuve la fortuna de contar con el mariachi de Juan Gabriel. Así una nueva versión de “Bandido”. También hemos grabado el último dueto de Paquita la de Barrio.

 

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— Y que me cuentas de tu participación en Hollywood Bowl, un espacio que atrae artistas del mundo de la música clásica, jazz, rock y pop.

Ahí fui director musical y arreglista de una orquesta de 55 músicos para acompañar a Trevi, y escribí toda la música. En este caso para la introducción de ese show. La obertura trató sobre uno los temas de Trevi, pero en género clásico. Cuando lo escuchó se echó a llorar y me dijo “jamás pensé que mis canciones sonaran tan lindas”. Esto me motiva hacer las cosas mejor.

—Pero antes dedicaste al “Divo de Juárez”, Juan Gabriel.

Si. El último concierto que hicimos con Juan Gabriel fue en 2015 en el Teatro de Bellas Artes donde tuve la oportunidad de conducir cuatro arreglos, después me quedé trabajando detrás de escenas en sus conciertos. Con él trabajé 15 años.

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Junto a Juan Gabriel en un momento de descanso . LA PRENSA/Cortesía

— ¿A que otros más les has hecho arreglos?

Al grupo hondureño Banda Blanca, en el género de la “Punta” se produjeron dos discos, “Sopa de caracol”, “Hot hot” y “Muévete”. En Nicaragua comencé como salsero, con Luis Enrique Mejía Godoy y el grupo Mancotal hacíamos de todo, salsa y boleros. Yo le ponía un poquito de lo clásico. También recibí influencias de Otto de la Rocha.

— ¿Podrías ser el primer arreglista en la historia musical de Nicaragua en trabajar con famosos de la canción mexicana?.

Creo que sí (sonríe satisfecho de su hazaña). Comencé con el salvadoreño Álvaro Torres él me dio la oportunidad de hacer un disco y arreglar un concierto sinfónico en Puerto Rico en 1994; luego con Joan Sebastián… y otros que he mencionado.

César Benítez junto al cantante salvadoreño Álvaro Torres. LA PRENSA/Cortesía

—¿Te sentís un triunfador?

Me han hecho muchos homenajes, dado créditos y obviamente me siento orgulloso de lo que he hecho, pero como dicen allá que me siento como la “mama de Tarzán”, creo que aún no. Me falta mucho camino que recorrer, todavía tengo fuerzas para hacer muchas más cosas y sigo luchando para dejar un legado para las nuevas generaciones.

—Que nuevas metas tienes?

Tengo una canción que escribí cuando salí de Nicaragua, quiero que me la graben, es algo como una trova. Pero tengo un proyecto muy ambicioso donde participarán personalidades de todos lados, nicaragüenses, latinoamericanos, cubanos, centroamericanos. Me faltan solo dos temas por terminar, pero por la pandemia se atrasó y he ido a México, y estoy trabajando las mezclas de las últimas canciones. Este proyecto es sin interés monetario, lo estoy haciendo de corazón, de interés cultural para dejarlo como legado para Nicaragua y el mundo.

Inició con Luis Enrique y el grupo Mancotal

— ¿Cuándo te marchas a Estados Unidos, te vas como exiliado o migrante?

Salí de Nicaragua en 1986. En ese entonces trabajaba con el grupo Luis Enrique Mejía Godoy y Mancotal. Hicimos gira a Estados Unidos, Canadá, Rusia, Argentina, México, en este último país tocamos en Guadalajara, y le llega la noticia a Luis para tocar en Nueva York con Amparo Ochoa, y otros.

En el centro César Benítez acompañado de los  cantautores nicaragüenses, los hermanos Luis y Carlos Mejía Godoy. LA PRENSA/Cortesía

En Los Ángeles estaban mis dos hermanos, después del concierto hablé con mi hermano mayor, me dijo que me quedara. No estaba en mis planes y tomé la decisión de quedarme. Me dediqué a estudiar inglés y perseverar en la música. Estudié piano clásico, arreglos, armonías en Los Ángeles, para esperar una buena oportunidad de trabajo. Comencé a tocar con orquestas, viajar y sigo estudiando.

— ¿Cómo llegas al Conservatorio Nacional de Nicaragua, ahora Escuela Nacional de Música?

Primero recibí clases sobre el órgano melódico con el maestro Rafael Amaya, una de las lecciones era sobre el tema “La llorona”, de Chavela Vargas. Él me recomendó irme al Conservatorio Nacional. Tenía 12 años cuando comencé a estudiar violín, logré llegar a la Orquesta de Cámara Juvenil, Richard Dawns era el primer violinista, yo el segundo.

En su estudio. LA PRENSA/Cortesía

—¿Qué músicos nicas te han influenciado?

José de la Cruz Mena, Abraham Delgadillo, pero también a músicos como Justo Santos, autor de “La mora limpia”. Y en los ochenta a Luis Enrique Mejía Godoy, Norma Helena Gadea, el pianista Tránsito Gutiérrez, el grupo Pancasán. Casi nunca fui oyente de música de rock.

Sus orígenes, el terremoto, la gritería y pasar los últimos días en Nicaragua

— ¿En qué ciudad naciste y quiénes son tus padres?

Soy de Managua, mi padre Adrián Benitez es de El Viejo, Chinandega; y mi mamá  María Inés Lagos de La Paz Centro. Mi papá tuvo una sastrería con 6 trabajadores en el barrio Cristo del Rosario, en Managua. Tenía una consolita y ponía música de Leonard Bernstein (compositor y pianista), unas marchas y me embelesaba escuchándolo. Me acuerdo también que ponía un disco de la Estudiantil de Querétaro.

En sus años mozos, junto al piano, en Nicaragua. LA PRENSA/Cortesía

Cuando tenía siete años agarraba varias botellas las llenaba de agua y sacaba melodías como “Amorcito corazón” (de Pedro Infante). Era mi necesidad de expresarme musicalmente hasta que un día mi papá me regaló una guitarra. Entonces tenía ocho años, ¿pero sabe que llegó esa noche también?: un terremoto, era un 23 de diciembre de 1972.

Me acuerdo que estábamos debajo de un árbol y yo estaba con mi guitarra sacándole melodías. Creo era mi necesidad de expresarme musicalmente. Cuando me regalaron esa guitarra me dije: esto es lo mío y ahí me quedé.  Nunca se me olvida. La guitarra llegó con el terremoto.

—¿Qué no olvidas de Nicaragua?

El olor a pólvora en las navidades. Era mi fascinación, en ese entonces yo tocaba en las misas del Niño Dios, y el sacristán de la iglesia ponía la música en los altos parlantes. Las esperaba con muchas ansías y me encantaba cuando los cohetes se quemaban y se miraba la lumbre de pólvora. El limón dulce de la calle, los villancicos, las canciones de la Purísima.

León, Nicaragua,  Los leoneses celebran el 17 de agosto de 2017  la “Gritería Chiquita”.  Esta tradición mariana también es celebrada el 7 y 8 de diciembre en el país. LA PRENSA/E. López/Archivo, 2017

— Cual sigue siendo tu comida preferida?

Yo puedo comer vigorón con chicharrón todos los días y no me canso. Un día estaba en México y tenías ganas de comer vigorón. Recuerdo que había un festival culinario y me encontré con una tajadería nicaragüense, agarré de todo y llegué al hotel y puse una foto Facebook  con el mensaje: “Tú la piensas y tú la traes”.

—¿Y que deporte?

Jugué béisbol en la universidad. Me gustaba ser el shortstop (campo corto) porque ahí llega todo. Jugaba por pasatiempo, pero no era malo.

— ¿Qué ha sido lo más triste que te ha pasado?

Creo que todavía no me ha llegado. Mi papa murió, pero es algo que tiene que pasar y la vida tiene que seguir. Trato de ser positivo en todo, yo me doblo pero no me quiebro. Obviamente el país ha pasado por muchas cosas tristes, el terremoto, pero son tragedias que pasan. Y uno lo que puede hacer es ayudar.

—¿Lo más alegre?

Me siento una persona bendecida desde que tengo uso de razón. No me ha sobrado y no me ha faltado.  Afortunadamente llegué a este país  con un pantalón que compré en Cuba y una camiseta que compré en Argentina. Gracias a Dios tengo un estudio propio donde puedo hacer mis cosas, tengo trece años, una vida estable.

No soy millonario, no soy rico, y como te digo, ni me sobra, ni me falta. Hemos trabajado bastante, obviamente la pandemia ha afectado pero hay vamos saliendo, pero me siento feliz por todos los logros y cada canción que hago, cada arreglo. Pero el mejor arreglo todavía no lo he hecho.

—¿Esposa?

He estado por 29 años. Nos conocimos cuando ella tenía 17 y yo 21.

—¿Hijos?

Una niña de 21 años, Jessica, quiere estudiar medicina. Estuvo un tiempo tocando piano, pero le gustó la Universidad y se gradúa en marzo.

—¿Dónde te gustaría pasar tus últimos días y junto a quien?

Me gustaría pasarla junto  a mí conociéndome más, mi familia y al lado de la gente que me quiere y quiero.  Y con mi piano.

—¿Cuál es el mayor deseo para Nicaragua, en esta Navidad?

Que encuentre la paz siempre anhelada. Hemos estado en discordia, pleitos y pleitos. Es un país que nunca encuentra la salida. Quisiera que esta navidad acercara más a las gentes y que Nicaragua encontrara su paz.

Somos un pueblo muy aguerrido, pero también somos gente muy cariñosa. De verdad, de corazón me gustaría algún día, ¿porque no?, terminar en Nicaragua brindando ayuda o lo poco que se, dando consejos y enseñanza de lo que he aprendido en la música.

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