Es pequeño, corre como si estuviera en un rodeo, es zurdo y tiene esa pierna bendecida, pero no es Messi. Se trata de Jordi Alba, la figura del equipo del Barcelona en la victoria sufrida 2-1 sobre la Real Sociedad. El lateral izquierdo no solo marcó de derecha el gol del empate sino que asistió a De Jong para completar la remontada en el Camp Nou y tumbar al líder de LaLiga. Sin embargo no todo fue felicidad porque la moneda culé mostró dos caras, brillantez en el primer tiempo y sufrimiento en el segundo. La trillada frase de “no hay gloria sin sufrimiento” entra en un trillado equipo del desconcierto que cumplieron el objetivo, desplegaron futbol de élite y a pesar de haberse quedado sin baterías en la recta final supieron sostener la ventaja.
“Creo que teníamos muy claro como presionarles, ha sido el mejor partido de todo el año”, fueron las primeras palabras de Jordi Alba. “Hemos seguido la misma línea, han cambiado a la hora de jugar, mantuvimos el uno contra uno y sus puntas aguantaban muy bien”, agregó en referencia al bajón del cierre del encuentro. Y es que si había un equipo que jugaba de forma similar a los culés eran los de San Sebastián, pero fueron inutilizados en el arranque. A la tropa de Koeman todo estaba saliendo de maravilla, menos el gol. Griezmann lo había intentado al 8’, luego Pedri de cabeza tras un centro de Dest, más adelante un error de Le Normand casi le cuesta el gol tras el robo de Busquets, pero Messi se enredó en el pase y en una jugada aislada al 27’ William José clavó el primero tras un rechace y pase de Portu.
Te puede interesar: Pugilista de Tipitapa busca coronarse en República Dominicana
La rápida respuesta del Barcelona fue clave para mantenerse con vida, sostener la actitud y no perder la cabeza. Una ensalada en el área pequeña dejó el balón a Jordi Alba al 30’. El lateral zurdo le dio de derecha y salió el esférico con un efecto matador. Lo siguió intentando Griezmann pero el travesaño le negó el gol, luego Braithwaite solo tras pase de Pedri la mandó a las nubes. Hasta que nuevamente Alba envió un centro a De Jong para concretar la remontada a dos minutos del descanso.
La segunda parte parecía una continuidad de la primera, con Alba enviando misiles y Griezmann sin pausas. Sin embargo, la Real se apoderó de la pelota y empezó a fuego lento a cocinar su embestida. Pedri salvó al Barcelona cuando Isak iba a empujar la pelota, al canario le costó estrellarse con el poste y luego salir del juego; Monreal no puede definir y la manda a un lado, pero la atajada del encuentro fue de Ter Stegen. Primero lo intentó William José, la reacción del alemán fue espléndida, pero mejor su reincorporación para tapar el remate de Isak.
Recuerden que ese pequeño jugador que corre como si tuviera gasolina infinita no fue Messi, sino Alba, quien lideró a un equipo necesitado de triunfos importantes.