El escritor Guillermo Rothschuh Villanueva presentó presencialmente en el Auditorio Central de la Universidad Paulo Freire, su nuevo libro Redes y revuelta cívica en Nicaragua.
Guardando las medidas sanitarias ante el coronavirus, estuvo acompañado del rector de la Universidad Paulo Freire, Adrián Meza Sosa. En en evento se contó con una audiencia limitada debido a la pandemia. También se realizó una transmisión en vídeo desde la cuenta de Facebook de la universidad.
Ahora Rothschuh Villanueva da a conocer que su libro será presentado en enero del 2021 en los auditorios de la Universidad de Ciencias Comerciales, UCC; y la Universidad Centroamericana, UCA.
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Sobre esta nueva obra literaria Redes y revuelta cívica en Nicaragua, de Rothschuh Villanueva, el profesor Fernando Vallejos Suárez ha escrito lo siguiente:
La guerra de los espejos en la era digital
“El drama de internet es que ha promocionado al tonto del pueblo al nivel de portador de la verdad”. Umberto Eco
Mi amigo Bienvenido Vásquez, siempre se rehusó abrir cuenta en Facebook. Argumentaba que era exponerse a la vigilancia constante de un poder ultramar. No dejaba de tener razón, pero en ésta época de la tecnosociabilidad, ese resquemor queda rebasado al hacer un click y ser parte del ágora que nos pone en el escenario por donde transitan millones y millones de personas que quieren dejar alguna huella y ser parte del espectáculo que nos ofrecen las redes sociales.
Estas reflexiones las hacía mientras leía el nuevo libro de Guillermo Rothschuh Villanueva Redes y revuelta cívica en Nicaragua, que es un buen texto escrito por alguien que está imbuido sólidamente de una realidad digital que a muchos desconcierta.
Audazmente, el escritor ha pasado del estudio de los medios de comunicación tradicionales, al análisis de las redes y su papel cambiante y protagónico donde pareciera que el tiempo y el espacio se pulverizan.
Manuel Castells, considera a las redes sociales como el quinto poder y aunque Umberto Eco en su momento se expresó despectivamente de ellas, al afirmar que le dan espacio a “legiones de idiotas”, la verdad es que su influencia en la configuración de una nueva forma de acopio, de participación ciudadana, de informarse al ritmo de la instantaneidad es incuestionable.
La prosa de Rothschuh Villanueva no da lugar a metáforas excluyentes, su escritura toma pulso a la afirmación corta y contundente y va desgranando una narrativa que replica en el concepto e ilustra con el contexto, una habilidad que ha cultivado con mucho éxito a lo largo de los años.
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Con sobrada razón afirma que: “En Nicaragua los jóvenes nacieron y han crecido al amparo de las redes digitales”. Lo acontecido en nuestro país en abril de 2018, catapultó a estas formas de comunicación como instrumentos propicios para develar las acechanzas y el peligro que se cernía cuando un Estado-nación y sobretodo, sus dirigentes, no escucharon las voces divergentes y se abalanzaron a sangre y fuego para aplastar la rebelión. La realidad rebasó la virtualidad de los acontecimientos.
Hay un explícito reconocimiento de parte de Rothschuh Villanueva, a esa juventud que aparentemente permanecía adormecida e indiferente que nos brindó lecciones de valentía y arrojo en esos meses difíciles e inéditos.
Por otro lado, hablando de los excesos en las redes, Rothschuh Villanueva dice: “Sin pesos ni contrapesos, los usuarios mienten y tergiversan los hechos, suplantan la realidad y alientan las confrontaciones”.
Este nuevo nicho de expresiones y libertad de opinar y divulgar hechos en tiempo real, es proclive a la guerra de los espejos en que muchos se han atrincherado cobijados bajo el anonimato y disparan a mansalva dardos cargados de odio visceral que no propicia una convivencia pacífica y debilita a la ética.
Con justicia anota: “La permisividad que ofrecen las redes viene a ser su atributo más seductor. Tengo la impresión que fueron creadas con el propósito que las personas pudiesen volcar los sentimientos más enrevesados y para fragmentar a los usuarios.” Al empoderamiento de la ciudadanía se contraponen estos excesos y la vulnerabilidad se hace presente creando altibajos en las plataformas digitales.
¿Cómo ejercer cierto control que apueste a un contenido de calidad, sin lesionar la libertad de expresión? Es el gran desafío, lo que no hay un ápice de dudas, es que las redes sociales crecen exponencialmente y su poder se acrecienta sin límites, como reconoce explícitamente Rothschuh Villanueva en Redes y revuelta cívica en Nicaragua. Un desafío pendiente en la agenda nacional.