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Sayra Laguna, de 34 años, lleva más de la mitad de su vida metida en los deportes de combate como el judo, sambo y artes marciales donde ha sido la mejor. LA PRENSA/ ARCHIVO

“El CON e IND me cortaron las alas”. Sayra Laguna, la atleta que se rebeló ante la dictadura

La atleta nicaragüense reflexiona sobre su cambio drástico en 2020 donde pasó de ser la mejor atleta del judo y sambo de Nicaragua, a la primera atleta apartada por pensar diferente

Sayra Laguna sufrió un cambio drástico en 2020. Pasó de ser la mejor atleta del judo y sambo de Nicaragua, a la primera deportista marginada oficialmente por criticar el actuar de la dictadura. La capitalina de 32 años lleva casi un año sin entrenar porque —asegura— el IND y CON le cerraron las puertas de las instalaciones deportivas para entrenar. “No me arrepiento. Si me tocara hacer lo mismo o mejor lo hago, solo que trataría de tener mi familia unida”, señala la mejor atleta del pasado ciclo olímpico.

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El 2020 ha sido complicado para Sayra Laguna por el fallecimiento de su bisabuela y de algunos amigos por el Covid-19. Incluso es el año más difícil —señala— que el 2018 cuando  su mamá y hermano se marcharon del país por la situación sociopolítica. En julio su papá se contagió del virus y en medio de la pandemia viajó vía terrestre desde Estados Unidos porque no sabía si lo volvería a ver. “Solo Dios sabe por todo lo que pasé en ese camino. Fueron momento duros, de la incertidumbre, tuve que luchar diario para sobrevivir”, asegura.

Laguna compitió por última en noviembre de 2018 en el Mundial de Sambo en Rumania. En el 2019, los encargados de seleccionar a los atletas —señala— la dejaron fuera del Panamericano de Dominicana y Mundial de Sambo en Corea, a pesar de sus buenas presentaciones en otras ediciones. “Me venían apartando desde el 2018 cuando mostré la pancarta en apoyo a la lucha social, no fue por criticar a Avellán (Ramón)”, indica.

Pasaste de ser la mejor atleta en judo y sambo a dejar de competir en dos años, ¿cómo manejas ese cambio tan brusco?
Es duro. Desde los 16 años estoy acostumbrada a una actividad física. Tengo metas y sueños por cumplir, pero me veo en el caso de no poder entrenar ni competir. Estoy activa en un gimnasio privado, pero lo que era lo mío, entrenar judo, no puedo porque no tengo un tatami ni un entrenador que me quiera ayudar con un plan de entrenamientos. Hay amigos (atletas) que se han ofrecido, pero no es lo mismo.

¿Alguna vez imaginaste un cambio tan drástico en tan corto tiempo?
En mis 32 años nunca pensé que iba pasar por esto como atleta de alto rendimiento. Vine de Estados Unidos con una mano adelante y otra atrás, vendí lácteos durante un tiempo y después se me hizo difícil por los huracanes. Ahora estoy abriéndome espacio como entrenador personal, en algo que trabajé en Estados Unidos. En Nicaragua tenemos poca cultura en ese sentido, si no va a un gimnasio la gente no entrena. He compartido lo que estoy haciendo con algunos amigos para que lo rieguen y ver qué sale.

¿Qué lecciones te deja el 2020?
Ha sido lleno de pruebas. También ha sido de tomas decisiones duras. Me fui en enero a Estados Unidos en un contexto diferente. Dejé mi casa y mis entrenamientos porque me privaron seguir haciéndolo. Las alas me las cortaron en el IND (Instituto Nicaragüense del Deporte) y CON (Comité Olímpico Nicaragüenses). Ha sido duro por todo. Llegué a Estados Unidos con la expectativa de trabajar lo suficiente, pero era complicado, no tenía la manera de cómo salir adelante, solo subsistir. Es duro estar en un país donde no tenés a nadie, estás abandonada. Cuando me di cuenta que mi papá tenía Covid-19 y mi abuela estaba grave, tomé la decisión de regresar por tierra. Pasé 11 días en la frontera de Guatemala. Fueron momento duros, de incertidumbre, tuve que luchar diario para sobrevivir.

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¿A qué te referís exactamente con que te cortaron las alas?
En el sentido que no puedo entrar a ninguna instalación deportiva: IND o Polideportivo España. No me dejan entrar a ningún lugar, ni al Estadio Nacional, inclusive ni a la UNAN, la universidad donde comencé a entrenar. El año pasado me sacaron de ahí, que no podía entrar por ser opositora. También en la UCA no puedo hacerlo en el club judo. Donald (Somarriba, presidente del judo) es concejal del Frente en Estelí, tiene dominio de la Federación y los clubes. No puedo hacer nada ni judo ni sambo que era mi otro deporte.

¿Recibiste del IND o CON alguna notificación sobre el cierre de las instalaciones?
No me han mandado ningún correo ni nada, todo fue de manera verbal. Cuando me faltaban dos días para completar los 15 días como administradora del Polideportivo España, el guarda de seguridad me dijo que por órdenes de Marlon Torres (presidente del IND) y de arriba, supongo que se referían al CON, no me podían dejar entrar. Le mandé mensaje, correo y lo llamé y no me contestó Marlon, hasta me tiene bloqueada de whatsapp. Pienso que me sacaron porque es muy peligroso tenerme ahí sabiendo como soy y por cómo se dieron las protestas cívicas de 2018.

¿Qué respuesta has tenido sobre las denuncias de tu situación?
En la CDPH lo denuncié como atleta y trabajadora, pero creo que lo tienen ahí y no le dan seguimiento porque hay otros casos con más prioridades. Estoy intentando a ver si puedo competir como atleta refugiada. Si no se puede hacer el próximo año creo que tendré que dejarlo así. Entiendo que este año con la pandemia ha sido duro. Como atleta sueño y me veo haciendo un nuevo ciclo olímpico en Santa Tecla 2021 (Juegos Centroamericanos), aunque no sea con mi país, lo que quiero es hacer deporte.

Para hacer deporte tendrías que callar…
No, esto no significa que voy a callar. Mi convicción es ver a Nicaragua como me gustaría verla, sin la dictadura. Si hay otro gobierno y hace las cosas mal, igual me pronunciaré de manera cívica. Aquí no vamos a seguir con la misma censura para los medios y la gente. Esperamos un cambio de verdad, la gente que está ahí, que no vean solo sus intereses personales, sino por una Nicaragua diferente. Ver un deporte que no sea manoseado por la política como lo hemos visto en estos 12 años.

¿Cómo ves el país de cara al 2021?
Como atleta no ha habido ningún progreso en mi caso, tampoco mi deporte ha logrado nada. Como ciudadana siento que las personas que están involucradas no se ponen de acuerdo y hay una guerra de intereses. Nuestro futuro está en las manos de Dios y de estas personas que no sé quién las puso porque hay algunas que no están preparadas para este tipo de situaciones. En lo personal me gustaría se uniera y se diera un cambio, incorpore a personas que trabajen en pro del país para ver una Nicaragua diferente.

Deportes Sayra Laguna

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