Si usted está leyendo esto es porque aún está vivo, eso lo convierte en un sobreviviente de las adversidades que durante nueve meses atravesamos como población.
Las festividades de Navidad y Fin de Año son fechas donde la salud emocional se manifiesta según el estado de ánimo. Algunos sienten nostalgia, tristeza e incluso pasan por episodios depresivos, para otros es alegría, buen ánimo, espíritu festivo y motivación.
Estos dos escenarios nos muestran la capacidad de nuestra mente, de enfocarnos en lo positivo o lo negativo en cada situación. Cuando nuestro foco de atención se concentra en la adversidad y los problemas, nos crea una imagen mental de dolor y sufrimiento, por lo contrario cuando se centra en lo positivo permite ver posibles soluciones y nos aporta crecimiento emocional, por ende nuestras emociones se rigen según la calidad de nuestros pensamientos.
Para que logremos rescatar lo bueno y positivo de este año, basta con estar consciente y hacer conciencia de nuestro propio ser y nuestro entorno más cercano.
—Si sufrió la pérdida de un ser querido, comprenderá que el aprendizaje que esta deja es el valor a la vida.
—Si perdió un empleo, le muestra la pauta de encontrar sus fortalezas internas de emprendimiento y nuevas habilidades para desarrollarse en otras áreas laborales.
—El miedo que el Covid-19 trajo consigo, nos mostró el valor de la salud, el cuido propio y hacia los demás.
—El azote de dos huracanes por nuestro país, despertó nuestra capacidad de empatía y solidaridad con las familias dolientes, así como la compasión por aquellos más necesitados.
—En nuestros hogares ganamos tiempo para dedicar a nuestras familias y descubrimos lo que debemos mejorar.
—Aprendimos la importancia del afecto, un abrazo puede hacernos tanto bienestar emocional.
—Sin olvidarnos del reto al aprendizaje tecnológico, al encontrarnos ante la única alternativa de comunicación, teletrabajo y educación en línea, aprendimos a darle el uso positivo y adecuado a los medios tecnológicos.
Entonces apreciado lector, usted puede realizar una lista de cuántas cosas positivas este año le está dejando y el ser sobreviviente lo convierte a usted en un triunfador de la adversidad.
El observar lo bueno y positivo de cada situación, es un estímulo de alegría y motivación, entonces usemos esta herramienta para ser agentes de cambio y contagiemos nuestros entornos de este espíritu alentador para un nuevo año.
La autora es psicóloga clínica