René Alvarado albergaba en su interior la esperanza que los jueces le iban a dar el fallo a su favor. Sin embargo, no sucedió. La caída en ese último asalto lo condenó a la derrota por un punto en las tres tarjetas. Una vez que salió del ring frustrado, decepcionado por haberse descuidado de los puños del venezolano Róger Gutiérrez, se sorprendió al recibir la visita de la leyenda del boxeo mundial Óscar de la Hoya. Fue un espaldarazo que una figura del tamaño del Golden Boy fuera a platicar con él y brindara unas palabras.
“De la Hoya nos llegó a visitar al camerino”, dice el más pesado de los Gemelos. “Me dio aliento a seguir adelante. Me dijo que me había visto ganar, pero que las caídas me pasaron factura. También recordó que ya había pasado por esto con anterioridad y había demostrado que podía levantarme. ‘Esto no es una derrota, sino un aprendizaje. Tiene para dar mucho más y queremos seguir trabajando contigo’. Eso me comentó”. Asimismo, Robert Díaz, quien es el concertador de peleas de la promotora Golden Boy Promotions le dijo al excampeón que descansara, pues tendría otra oportunidad con la activación de la cláusula de revancha.
Un golpe demasiado fuerte
A René no le dolió tanto el golpe que lo mandó a la lona y casi lo noquea en el tercer asalto, sino la derrota en sí, perder el cetro que era el sueño de toda su vida. “Es algo muy difícil porque nadie quiere perder. Mi rival llevaba un objetivo y nosotros igual, y se va a dar alguno. Ellos salieron victoriosos. Tenemos otra oportunidad de revancha y tenemos que levantarnos de nuevo, he estado en esta situación. Me siento calmo”, agrega el peleador, de quien es evidente su evolución no solo física sino mental.
Te puede interesar: Peleador de Pinolero Boxing será entrenado por Nacho Beristáin
“Todas las derrotas son doloras, pero ahora trataré de no cometer los mismos errores. A mi criterio, siempre busqué la pelea, lo que pasa es que hubo momentos en que no nos permitió pelear por los amarres. En la primera pelea se fajó y nosotros sacamos la mejor parte. Cuando intercambiábamos, siempre él salía perdiendo y te amarraba y eso no me dejaba desenvolver mis combinaciones. Esas son cosas que uno tiene que ir mejorando y si nos dan la oportunidad, no se repetirá”, explica.
Sobre las caídas
Con relación a las tres caídas, el Gemelo considera que la segunda no se debió contar como tal porque no hubo golpe, solo empujón mientras estaba tocado del upper que lo había botado la primera vez. “El golpe fue muy bueno junto a la seguidilla. Me levanto mal pero luego me caí por empujón, el árbitro lo miró como caída. Nunca se deja de aprender. No queremos perder otra vez. Hay que cuidarse mucho sus golpes, sabemos cuáles son. Si no hubiesen existidos los amarres, el final de esa pelea fuera otro. Al sentir que mucho me amarraba, le dije al árbitro que me amarraba, pero sentía que íbamos sacando la pelea”, comentó el exmonarca de las 130 libras de la Asociación Mundial de Boxeo.
Cuando parecía que había enderezado la pelea surgió la caída más letal de todas, no por lo impactante del golpe, sino porque definió la pelea. “Me agarró en un movimiento en el cual iba para atrás y me desestabilicé. Nunca estuve en malas condiciones, me reincorporé al instante”, concluyó el Gemelo, quien descansa pensativo en el futuro.