Douglas Forvis pertenece a una generación de futbolistas privilegiados. Durante su formación en el Saprissa el nuevo portero de la Azul y Blanco compartió camerino con Alonso Solís y Walter “Paté” Centeno, dos reconocidos jugadores costarricenses. Asimismo, entrenó junto a Keylor Navas y Esteban Alvarado, los porteros con los mejores rendimientos y proyecciones internacionales en los últimos años en el futbol tico.
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Los especialistas catalogaron desde pequeño a Forvis, ahora de 28 años, como un jugador de exportación. Sus estatura —1.81 metros— y sus buenos reflejos lo llevaron de los 15 a los 22 años al equipo de Tibás, donde coincidió con Navas en 2009, un año antes de que el portero del PSG saliera al Albacete de España. “Lastimosamente no le di mucha importancia. No tenía la mentalidad de ahora”, confiesa Forvis, quien en ese momento tenía 16 años.
El portero de la Azul y Blanco recuerda que Navas desde siempre pensó en grande. “Él siempre decía que jugaría en el extranjero, luchó por sus sueños y ahora vemos todos lo que ha logrado”, indica el jugador del Santos costarricense. Confió que en ese tiempo era muy inmaduro y no valoró esa gran oportunidad que tenía en sus manos. “Él nunca se rindió y yo aprendí eso con el tiempo, hasta que salí del Saprissa”, indica.
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Forvis aseguró que su despertar se dio en el 2014 —cuando Navas brilló en el Mundial de Brasil— al salir del Saprissa. La nueva administración del equipo lo forzó a irse y empezó a resurgirse porque se dio cuenta que se estaba desperdiciando. “Empecé a valorar lo que tenía. Estaba en Saprissa en una zona de confort. Me di cuenta que tenía que luchar por mis sueños, que no estaba dando todo de mí. Llegué a Liberia, ganamos la final de Ascenso, fui figura y regresamos a Primera en 2015. Ahí me volvió la ilusión por el futbol”, reflexiona el portero, quien en 2019 recibió dos convocatorias de la Selección de Costa Rica.
El peso ha sido el principal obstáculo entre Forvis y el éxito. Todo su vida ha luchado contra él. De joven no le prestó mucha atención y por eso —señala— no llegó al primer equipo del Saprissa ni brillar como se ha esperado de él, pero ahora lo toma con seriedad. “Tengo una dieta estricta que estoy cumpliendo. Mi meta es destacarme con mi equipo y la Selección, para dar el salto al extranjero, para eso estoy trabajo”, aseguro el portero nicaragüense que desea alcanzar sus sueños como lo hizo Navas.