Esta noche inicia la final de la Liga de Beisbol Profesional Nacional (LBPN) en Chinandega. Los periodistas de occidente informan que será una locura entrar en el Efraín Tijerino. La ola de aficionados ha olvidado que el Covid-19 acecha con una segunda ola al país y la LBPN ha asegurado que no dejará entrar a ningún fanático sin tapaboca.
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En el plano deportivo, el favorito está en el aire, tal vez con un dedo por delante los Tigres debido a que se reforzaron con el mejor lanzador de la Liga Profesional y mejor bateador, Lázaro Blanco y Héctor Gómez, respectivamente. Sin embargo, a última hora se conoció que Blanco no recibió el permiso de Cuba. Ambos conjuntos no tienen casi fisuras. Chinandega carece de un staff de relevistas confiables, pero supera con sus abridores a los sureños. Los Gigantes sí tienen nombres en su bullpen como Fidencio Flores y Luis Ángel Mateo; el problema es que han tenido una temporada para llorar, pasaron de ser tiro fijo a una moneda sin cara. Colocarlos en el montículo es un juego de azar.
Vicente Padilla se ha convertido en el mánager del año contra pronósticos. Todo parecía que Lenín Picota tomaría ese galardón, pero su equipo se cayó y Padilla sabía que reír de último era mejor. Ahora han pasado no solo como el mejor equipo del Round Robin, sino que se dieron el lujo de jugar relajados los últimos dos partidos, haciendo ajustes en la alineación y dándole descanso a muchos de sus titulares. Por su parte, Joel Fuentes, cerró con lo justo, utilizando a todas sus fichas. El boricua tiene el mérito de haber logrado la resurrección del que en un inicio era el mejor equipo de la temporada. Sobrevivieron a la primera parte y dieron el golpe sobre la mesa en la segunda. Ahora que están en la final no es de los que le dejan las cosas al azar. Sabe que las finales no se juegan, sino se ganan.
Esta serie final será una de las más impredecibles de los últimos años. Clasificó como favorito el llamado a ser Cenicienta y en el camino mudó, transformándose en un verdadero peligro. Entre tanto, Rivas trata de encontrar los ajustes finales de un equipo sin fisuras en el material, pero con baches en los resultados.