Los comerciantes y empresarios turísticos de Granada están contentos porque desde diciembre pasado los turistas, aunque solo sean nacionales, han dado vida a la economía del sector, fuertemente golpeada por la pandemia. Hay afluencia de turistas en las plazas, bares y restaurantes. Sin embargo, el epidemiólogo Alejandro Lagos considera que la población debe de tener un grado alto de compromiso con su vida, por los efectos de la pandemia del Covid-19, y no caer en el “señuelo” de que todo está normal.
La tarde del sábado, Manuel Ibarra Lacayo, un hombre de 70 años de edad que arrienda un quiosco en el parque central de Granada para vender vigorón y refrescos, estaba sentado en su negocio, mientras las personas iban y venían por el lugar. Si se hubiese dividido la población en ese momento, habrían quedado “parejos” en número el grupo que llevaba puestas mascarillas y los que no usaban protección.
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Aquí no parecen enterarse que hay un virus circulando. Todo el que llega al parque central es abordado por los aurigas que ofrecen paseos en coches. Los raspaderos, músicos, fritangueras, vendedores ambulantes de bisuterías y caramelos y otros comerciantes, como Allan Sevilla, quien vende maracas después de tallarle atractivos dibujos, completaban el ambiente comercial de la zona.
En la calle La Calzada, Mauricio Cardenal, de origen mexicano, estaba sentado afuera de su negocio tomando un trago, mientras los clientes entraban y salían. Pone varias mesitas dispersas, a distancia prudente, afuera del local. Parlantes con música amenizaban la calle, mientras Alejandra Mongalo iba y venía dentro del negocio que ayuda a administrar – Isa House – porque había clientes que atender.
Esas escenas, dice Ibarra Lacayo, no se veían dos meses atrás, pues la pandemia del coronavirus tenía desierta a la turística Granada. El turismo y el comercio se cayeron tanto en 2020 que Ibarra dice tuvo que cerrar seis meses su negocio, incurriendo en varias deudas, especialmente con la Alcaldía de la ciudad.
“Casi nadie venía a comprar. Ponía cuatro mesitas y aquí me estaba yo”, relata Ibarra Lacayo.
A partir de mediados de diciembre de 2020, el turismo y el comercio en Granada han experimentado un alivio. Los comerciantes explican que el turista extranjero es sumamente escaso. Quienes llegaron a Granada en diciembre fueron costarricenses y algunos salvadoreños. Los demás extranjeros que hicieron presencia fueron los que viven en Nicaragua, especialmente los de San Juan del Sur.
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Ha sido el turismo nacional el que ha “salvado” la situación en Granada. Llegaron algunos nicaragüenses que viven fuera de Nicaragua y se las ingeniaron para viajar al país. Pero los más numerosos son los turistas que llegaron del norte, de Matagalpa y Estelí principalmente.
Quienes llegan a la zona turística de Granada son principalmente jóvenes. Mientras estaba sentado en su quiosco, Ibarra Lacayo vio bajar, solo de dos microbuses, a unas 40 personas, de entre los 20 y los 30 años de edad calculó. Todas sin mascarillas.
Esa afluencia de personas ha causado que ahora Manuel Ibarra Lacayo vaya saliendo de sus deudas. Este lunes irá a cancelar los impuestos a la Alcaldía de Granada. “De noviembre para acá ha subido el turismo. El primero de enero aquí no se podía caminar de tanta gente. Yo lo siento porque estaba bastante endeudado y he salido de mis deudas al suave”, dice.
Alejandra Mongalo explica que desde antes del 24 de diciembre en el negocio decidieron que reanudarían los fines de semana con grupos nacionales de renombre y eso ha levantado la llegada de los clientes. “Esta calle (La Calzada) estaba caída, ahora tiene vida”, dice Mongalo, mientras explica que siempre se tratan de cumplir con las medidas en contra de la pandemia, especialmente de tener un lavamanos en la entrada con jabón líquido y alcohol gel.
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Sobre las noticias de que hay un rebrote de Covid-19, los comerciantes dicen que eso no ha afectado negativamente la mejoría que el turismo de Granada ha experimentado con el fin de año, aunque sea solo con el turismo nacional.
Algo que ha ayudado bastante, dicen los empresarios del turismo de Granada, es que la Alcaldía granadina ha sugerido a los bares que saquen los parlantes a las calles, con buena música, para que exista buen ambiente en la zona. Y también se han extendido los permisos de operación hasta las 4:00 de la madrugada, en vez de hasta las 12:00 de la medianoche.
Pero que es bueno para economía, puede que no lo sea tanto para la salud en un contexto de pandemia. El epidemiólogo Alejandro Lagos entiende que los comerciantes necesitan ver que su dinero se mueve, porque si no se ahogan económicamente, pero llama a la población a que tenga cuidado, que no caiga en el “señuelo” de que todo está normal.
De acuerdo con Lagos, lo que está ocurriendo es que los comerciantes necesitan vender, el gobierno y las municipalidades necesitan reactivar la economía y por eso promueven actividades masivas y, como los jóvenes tienen mayor fortaleza inmunológica, son los jóvenes a quienes principalmente se les ve en los bares, en los centros de recreación, en los parques y en todo tipo de actividades públicas.
Después, sigue explicando Lagos, esos jóvenes llevan el virus a sus casas y posteriormente son las personas de mayor edad las que están llegando a los hospitales, porque, a diferencia del resfriado común, que en esta época se padece bastante por el frío, el Covid-19 sí necesita de que el contagiado vaya a un hospital.
“Lo que interesa (a las autoridades) es hacer sobrevivir al país, desde el punto de vista administrativo, cueste lo que cueste, se muera quien se muera. Lo importante es ellos en el poder, manteniendo el control total y que nadie hable de nada”, puntualiza Lagos.
“La gente debe de tener un ciento por ciento de compromiso con su vida”, finalizó Lagos.
