Las matemáticas son frías y precisas, pero en el deporte existen muchos factores capaces de quebrar cualquier expectativa proporcionada por una calculadora. Juan Carlos Urbina desafía el tiempo; con cada año que envejece en la pelota, se vuelve más feroz. Con 40 años tuvo la mejor temporada de su carrera con los Indios del Bóer, ligando 20 jonrones y 54 empujadas, líder en ambas categorías. Lo curioso es que Urbina lo consiguió en tan solo 35 partidos. En una nota previa de análisis de los tronqueros activos, Gerald Hernández escribía que a ese ritmo en esta temporada llegaría a 62 vuelacercas por la extensión del calendario a 112 encuentros, lo que dejaría como caricatura el récord histórico de Ernesto López (42).
La noche del sábado en el Holiday Inn, Urbina recogía la recompensa de su siembra. Recibió una condecoración por su incansable lucha de seguir mejorando. “Dios me tiene aquí, he tenido muy pocas lesiones y le agradezco a Dios por la fuerza recibida para dar jonrones”, señala el designado de los Indios del Bóer. Urbina es sencillo, sus pretensiones se basan en lo colectivo y luego en lo individual. “Me gustaría conectar 30 jonrones este año. Nada es imposible. Aunque muchos no crean, no pienso mucho en el jonrón cuando voy al cajón de bateo”, agrega.
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Sobre la edad —para Urbina—, es solo un número; si el entrenamiento comienza a las 2:00 de la tarde, llega una hora antes al Estadio Nacional para afinar detalles de su bateo. “Lo que puedo hacer bien es batear y es lo que trabajo, con el guante casi no”, indica. El año pasado le pasó factura la regla del pelotero mayor. El Bóer tiene una sobrepoblación de peloteros categoría A y no pueden estar todos en el terreno, por eso sacrifica a uno o dos; en 2020 fue en muchas ocasiones Urbina. “No me golpeó salir de la banca, ya el mánager había hablado con todos. Lo que queda es salir a dar lo mejor cuando nos llamen al cajón de bateo. Si bateo juego, esa es mi filosofía”, concluye el pelotero.
Urbina tiene 166 cuadrangulares de por vida y de los 37 a los 40 años de edad ha acumulado 84 vuelacercas, más de la mitad de su total. No obstante, este año tan solo busca volver a ser feliz tumbando cercas, más allá de las frías matemáticas. En abril cumplirá 41 años, pero no importa, la edad es tan solo un número.