Aclaración a Magazine
En la revista Magazine del diario LA PRENSA, que dirige Fabián Medina, se publicó en el número de febrero un artículo firmado por los periodistas Eduardo Cruz y Julián Navarrete titulado “La Piñata Sandinista”. Estando LA PRENSA como diario de los nicaragüenses al “servicio de la verdad y la justicia”, me causó sorpresa leer en el artículo afirmaciones falsas y fuera de contexto. Las detallo a continuación:
• “…Jaime Wheelock, exministro de Agricultura, se “apoderó” de la Hacienda San Martín, antes propiedad de Cornelio Hüeck…”. Esta afirmación no tiene ningún fundamento. Una investigación diligente sobre un tema delicado como este hubiera podido constatar fácilmente que esa finca le fue asignada por el gobierno al Ejército de Nicaragua. Bastaba revisar LA PRENSA de los años noventa, el Registro Público o visitar la propiedad.
• El comandante Jaime Wheelock es de los “…mayores beneficiados con las propiedades de la Piñata de 1990”. Durante los años en que me desempeñé como ministro del gobierno o en mi carácter de miembro de la Dirección Nacional sandinista, no recibí, ni usurpé para mi beneficio personal propiedad alguna. Mi casa de habitación fue adquirida y pagada en 1992 conforme a precios corrientes de aquella época.
• Se dice en el artículo que con mi rúbrica facsimilar transferí a terceras personas propiedades de “… gran extensión y lujo, casas en Las Colinas y Los Robles, empresas comerciales, restaurantes, haciendas ganaderas y cafetaleras, ingenios de azúcar, fincas bananeras, radiales, comercializadoras de carne y de banano y empresas financieras”. La verdad es que, como ministro de Reforma Agraria y responsable general de las 12 Corporaciones administradoras de cientos de empresas agrícolas, industriales y comerciales del Estado, afirmo que, con el orden debido, entregué al nuevo gobierno de forma íntegra todo el patrimonio que se me confió, sin recibir alguna queja o reclamo.
• Otra afirmación falsa de los periodistas Cruz y Navarrete es que Jaime Wheelock, mediante una de las leyes de la “piñata”, —Ley 88—, emitió durante el periodo de transición “…10,200 títulos de Reforma Agraria para cooperativas sandinistas”. Con esta Ley 88 —lo cual se puede corroborar—, no se emitió ningún título de reforma agraria para nadie. Esta ley se promulgó para que los títulos y las asignaciones provisionales de tierras entregadas a los campesinos fueran susceptibles de ser inscritas en el registro.
He manifestado en diversas ocasiones, críticas a los abusos cometidos por personas que tuvieron acceso a bienes del Estado durante la transición de los noventa y posteriormente. Me consta que personas inescrupulosas falsificaron títulos de Reforma Agraria, incluso sobre terrenos y viviendas en residenciales de Managua, algunos de los cuales yo mismo en su oportunidad contribuí a descubrir y anular.
Asumo la responsabilidad con respecto a tareas que realicé entre 1990 y 1993 encaminadas a devolver propiedades a sus antiguos dueños y realizar transferencias extraordinarias de fincas y bienes del Estado a nuevos demandantes. Estas fueron acordadas entre FSLN y gobierno entrante, pero son mencionadas por la revista Magazine como otro capítulo de la piñata. En las circunstancias convulsas de los años noventa, no bastaba entregar y enterrar las armas para conseguir la paz. Los nicaragüenses por primera vez nos encontrábamos en la confluencia inédita del fin de una guerra de diez años y la traumática transición entre un gobierno revolucionario y un gobierno civil. Era necesario dar respuestas urgentes a las demandas de trabajo, tierra, techo, ayuda económica y social de decenas de miles de desmovilizados de la Contra, licenciados del Ejército y la Policía, trabajadores y profesionales del gobierno saliente y empresas públicas que perdieron sus empleos. Si se le quiere llamar a ese proceso piñata, al menos se debe conceder beneficio de dudas para quienes asumimos con ello la responsabilidad de contribuir a la pacificación y la estabilidad del país, sin pedir, ni llevarnos nada a cambio. Que muchos de los bienes con el tiempo fueran a parar a manos de otros, estuvo fuera de mi control.
Finalmente, creo que todos los nicaragüenses tenemos el compromiso de contribuir a la búsqueda de una solución a la crisis política-económica-social que nos afecta, comenzando por enterrar el hacha de la confrontación. Tengo la impresión de que el artículo fue escrito con descuido y un sesgo de prejuicios sin fundamentos. Es hora de superar el espíritu de tribu. Ese que nos podría una vez más impedir que una vía como las elecciones sea el método de solución de nuestras crisis y no otro capítulo para continuar el odio y la polarización.
Jaime Wheelock
¡La democracia renace, sin Trump!
Joseph Robert Biden Jr., finalmente como presidente, empezó a ejercer el mandato brindado por ochenta millones de ciudadanos para abolir el nefasto legado de Donald J. Trump.
Durante sus primeros días en la restaurada Oficina Oval —que modela como símbolo inequívoco del sueño americano, el busto de César Chávez—, el mundo ha observado al nuevo presidente firmar docenas de órdenes ejecutivas que terminan con las más insensatas políticas públicas que suscitaron el genocidio de más de cuatrocientos mil estadounidenses hasta este día —entre ellos la madre de mi esposa— que se doblara o triplicara cuando el país por fin pueda controlar al Covid-19. El aislamiento mundial que incitó la proliferación nuclear en Corea del Norte e Irán y la destrucción del clima mundial al retirarse del acuerdo ambiental de París. El racismo institucional que atacó al inmigrante con deportación, separación familiar y un muro de vergüenza en la frontera sur, así como al ciudadano de color con persecución política y supresión de protestas pacíficas. La demagogia gubernamental que a través de la mentira instauró el ataque a la libre prensa, corrompió el sistema judicial y compró un partido político.
Las primeras acciones políticas de Joe Biden han inducido al renacimiento de una democracia que fue atacada infamemente por un déspota, quien enfrenta un nuevo juicio político por incitar a un golpe de Estado que indujo muerte.
Estados Unidos ha mostrado al mundo que la democracia no es una comodidad financiera, que se puede comprar en la bolsa de valores por la corrupta empresa de una familia rica y poderosa.
Joe Biden le debe a ochenta millones de ciudadanos el poder de decir: creo en la democracia una vez más. Mañana y por cuatro años, le exigiré que cumpla ese deseo universal.
Walter Monge-Cruz
Jóvenes electores
Como suizo-alemán residente en Nicaragua desde 1989, espero que las elecciones del 7 de noviembre de 2021 se hagan con toda tranquilidad.
En Suiza quieren bajar la edad de derecho al voto, de 18 a 16 años. Según mi opinión, 16 años es demasiado temprano porque a esa edad muchos jóvenes no están políticamente preparados. En los años 2012 (Lausanne), 2015 (Baden), 2016 (Bern), 2017 (Basel), 2018 (Visp) y 2019 (Montreux) participé en los foros de suizos viviendo en un país extranjero. Lo haré de nuevo en el Foro de julio del 2021 en Lugano, Kt. Ticino.
Werner Horbaty