La noticia conmocionó al futbol nacional. El Ministerio Público acusó el lunes reciente de conspiración para el crimen organizado a Jason Casco, uno de los mejores defensores en los últimos 10 años. Las autoridades le atribuyen un rol activo dentro del grupo delictivo llamado Cainsa. “Es una lástima. Los que tuvimos más cercanía con él estamos apesarados. Sorprendidos”, comentó uno de los integrantes del Juventus, su último equipo de la Liga Primera.
A pesar de ya no pertenecer al club —la directiva lo separó por supuestamente amañar partidos del equipo—, algunos excampañeros le guardan respeto y estima porque lo conocen de hace mucho, saben de su trayectoria dentro del equipo y lo que ha logrado en su carrera. “El martes que nos dimos cuenta, se comentó la noticia previo al entrenamiento y se hizo una oración por él para que no salga tan perjudicado”, indicó uno de los jugadores más cercanos a él.
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En esa charla del grupo previo al entrenamiento, uno de los referentes del plantel habló sobre la importancia de caminar por buen camino y con la frente en alto. “Uno en la vida comete errores y toma malas decisiones, y uno no las mirás hasta que metió la pata”, aconsejó a los presentes.
Casco, de 30 años, es el segundo jugador del Juventus involucrado con la justicia. El portero Emerson Salinas fue capturado en 2017 como miembro de una banda conocida como los Chapeadores y condenado a 15 años de prisión por robo agravado y crimen organizado. A diferencia del central, el guardameta era jugador activo del equipo y unos de los referentes. “Los dos casos golpean, quizás más el de Emerson porque él estaba con el grupo. Jason tenía rato de no estar aquí, aunque era un líder dentro del equipo”, señaló una de las personas que conoce ambos casos.
La llegada de Casco al Juventus se dio a la mitad de 2020 desde el Real Estelí, equipo donde alcanzó su máximo nivel competitivo y mejores logros deportivos. La noticia en el plantel norteño igual los tomó de sorpresa, porque durante los ocho torneos que compartieron dentro del club y en la Selección Nacional su comportamiento fue normal.
“Nunca sospechamos que andaba en eso. En los amaños sí hubo rumores, pero de esto nos sorprendió. Sabíamos de negocio de ventas de celular, tenis y carros. Da pesar lo que está pasando”, señaló uno de los jugadores que fue compañero de Casco tanto en la Azul y Blanco como en el Tren del Norte.
Casco se encuentra en prisión preventiva. La audiencia inicial está programada para el 3 de marzo en el Juzgado Sexto Distrito Penal de Audiencia de Managua. Ahí el juez decidirá si es enviado, junto a los otros ocho detenidos, a juicio o no. El Código Penal de Nicaragua castiga con pena de uno a cinco años de prisión el delito de conspiración para cometer crimen organizado.