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Jorge Luis Díaz Salazar, alias comandante Risita, es originario de Camoapa pero actualmente vive en Managua. LA PRENSA/ ÓSCAR NAVARRETE

El comandante Risita, el hombre que se infiltró en el diálogo, ¿es el rey del engaño?

Se identifica como comandante contra, dice representar a productores, apareció en el Diálogo Nacional y lo expulsaron, lo acusan de hacerse pasar por un alcalde y fue candidato en un municipio ajeno. Alaba a Daniel Ortega. Quienes lo conocen desde niño en su Camoapa natal aseguran que es “el rey del engaño”. Él desmiente todo

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Vestido con una camisa verde de botones, manga larga, doble bolsa, con dos caballos bordados sobre cada una de ellas, de botas y sombrero, con blue jeans, Jorge Luis Díaz Salazar, alias comandante Risita, está sentado en una silla plástica roja, frente a un montón de papeles sobre una mesa de madera plegable, en la sala con piso de tierra de una casa en un asentamiento junto a la carretera a Xiloá.

Mientras “acondiciona” otro lugar, en esa sala piso de tierra está la oficina de “Risita”, quien este miércoles 10 de febrero de 2021 estaba acompañado de ocho personas más que, dice él, conforman la junta directiva de la Asociación de Desmovilizados 22 de Marzo R. N. El reloj marcaba las 10:00 de la mañana cuando en la reunión Risita y sus acompañantes estaban tratando dos temas principales: cómo registrarse en el Ministerio de Gobernación (Migob) como agentes extranjeros y ver las tierras que el gobierno de Daniel Ortega les dará para que sean repartidas entre los desmovilizados de la Contra, el Ejército Sandinista y el extinto Ministerio del Interior (Mint).

Este Comandante Risita es el mismo personaje que participó en la mesa del Diálogo Nacional en mayo de 2018 como miembro de un movimiento campesino. Fue expulsado del diálogo porque nadie supo decir cómo fue que llegó al mismo cuando la entrada era sumamente estricta y hasta le fue vetada por el gobierno la participación a personajes como la lideresa campesina Francisca Ramírez y el académico Ernesto Medina.

En la oficina improvisada que el comandante Risita tiene en una casa cerca de Xiloá. Siempre se hace acompañar de personas de las cuales dice son desmovilizados ya sea de la contra o del ejército sandinista. LA PRENSA/ ÓSCAR NAVARRETE

En este mes de febrero, Risita reapareció en los medios de comunicación reclamando que el movimiento campesino que él lidera es el verdadero y que el otro, el de Francisca Ramírez y Medardo Mairena, es anticanal. Realizó una conferencia de prensa conformando la junta directiva de esa organización y anunciando que busca conformar un partido político para participar en las elecciones presidenciales de este año.

De este personaje se cuentan muchas anécdotas que lo revelan como una persona con una enorme capacidad de convencer a las personas, de engañarlas. “Él siempre ha andado en actividades públicas. El tipo tiene algo especial, él convence con su discurso, con su forma de ser. Si alguien no lo conoce, no sabe quién es, lo convence con gran facilidad, tiene una capacidad de convencimiento, es una persona especial en ese sentido”, explica el periodista Raúl Martínez, quien lo conoce porque ambos son de Camoapa.

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A Díaz Salazar se le señala de haber suplantado a un alcalde de Camoapa en una convención de alcaldes liberales en tiempos del gobierno de Arnoldo Alemán, aprovechando que el nombre de él y el del alcalde eran parecidos.

El mismo Risita se vende como un comandante de la Contra, pero en su pueblo —Camoapa— aseguran que en los años ochenta solo militó en el Ejército Sandinista y que hasta era reclutador para el Servicio Militar Obligatorio. El cronista deportivo Miguel Mendoza, otro camoapeño, recuerda haberlo visto en un camión dándole la mano para ayudarles a subir a unos reclutados para los batallones de reserva.

Dos comandos de la Contra, Tirso Moreno, comandante Rigoberto, y Óscar Sobalvarro, comandante Rubén, dicen que no lo conocieron en las filas de la Contra.

Risita también se vende como dueño de fincas y de ganado, pero nadie le ha conocido esas propiedades. Mendoza no le conoce en la familia antecedentes de ganadero ni siquiera campesino.

Siendo nacido en Camoapa, apareció como representante de productores en 2015 en La Cruz de Río Grande y tiene un carné como miembro de Faganic.

El carné que acredita al comandante Risita como el socio número 15 de Faganic. LA PRENSA/ ÓSCAR NAVARRETE

Dos años después, en 2017, apareció como candidato a alcalde de Mateare, en Managua, por parte del partido Apre.

El acabose, y por lo cual, en vez de molestarse le causaba risa a los pobladores de Camoapa, es que se metió en el Diálogo Nacional, adonde había entrado pidiendo la salida de Daniel Ortega y luego apareció defendiendo al gobierno.

La revista DOMINGO habló con Risita y él se defiende de todas esas acusaciones. “Yo no he engañado a nadie”, afirma.

El ataque de risa

Díaz Salazar, hoy conocido como comandante Risita, nació y se crió en Camoapa, jugando “arriba”, rayuela, trompo, chibola, y todos los juegos de la época de finales de los setenta e inicios de los ochenta del siglo pasado, recuerdan quienes lo conocen desde pequeño en esa localidad.

Con la guerra de los años ochenta, los camoapeños lo comenzaron a ver como “mascota” de un oficial del Ejército Sandinista.

Risita, quien nació en febrero de 1973, cuenta que él se unió al Ejército Sandinista en 1984, cuando tenía 11 años de edad, y al tener su primer combate fue testigo de una mortandad. Veía los cadáveres de sus compañeros y, por los nervios, le dio un ataque de risa que no podía contener. Entonces le comenzaron a llamar Risita, que después se convirtió en comandante Risita. Dice que en el mismo 1984 él se pasó al lado de la Contra.

El periodista Raúl Martínez asevera que a los camoapeños les asombra que se diga que Díaz Salazar fue de la Contra. Él, por su parte, asegura que su paso a la Contra lo dio después del combate que hubo en El Corozo, en Camoapa, en el que murió el ministro sandinista Enrique Schmidt, ocurrida el 6 de noviembre de 1984.

Para 1990 se fue exiliado a Costa Rica, donde dice que se bachilleró en el colegio Santa Rosa de Pocosol, en Alajuela.

Y después, Risita afirma que estudió entre 1993 y 1994 en México, donde dice que se graduó como técnico superior en deportes.

Tras ser expulsado de la mesa del diálogo, el comandante Risita dijo que mandaría a levantar todos los tranques que estaban resguardados por su movimiento campesino. LA PRENSA/ TOMADA DE EL 19 DIGITAL

Para dar fe de que sí fue comandante contra, Risita pone como referencia al comandante contra Tirso Moreno, pero este último dice que antes de 2018, cuando Risita apareció en la mesa del diálogo, nunca lo había visto. Después de 2018 es que Moreno se lo ha encontrado algunas veces y siempre lo saluda con una sonrisa.

El comandante Rubén, Óscar Sobalvarro, también afirma que nunca conoció a Risita como miembro de la Contra. Risita, en su historia, asegura que no solo fue miembro de la Contra, sino que después de estar en México regresó a Nicaragua para rearmarse y solo habría sido durante el gobierno de Arnoldo Alemán que entregó su arma.

En la convención de alcaldes liberales

Nadie recuerda la fecha exacta pero fue en los días de poder de Arnoldo Alemán, en una convención del PLC, en la que el comandante Risita apareció sentado en la silla que le correspondía al entonces alcalde de Camoapa, José Luis Díaz.

Allí estaba sentado Risita con el fólder que contenía documentos sobre la convención del partido rojo. Y ahí se hubiera quedado si no ha sido porque gente de Camoapa lo delató. Risita lo desmiente todo. Según su versión, él trabaja como bodeguero para el programa Polos de Desarrollo y como tal fue invitado a la convención liberal por el funcionario Jorge Sabani.

Cuando Risita llegó a la mesa donde estaban registrándose los invitados, dice, le entregaron la carpeta con el nombre del alcalde José Luis Díaz. Asegura que no se percató de la confusión y simplemente se fue a sentar a la silla que le correspondía, o sea, la asignada al alcalde Díaz.

La sorpresa de Risita, cuenta él, fue cuando la entonces funcionaria del PLC Mercedes Mendoza Urbina lo llegó a sacar de la silla. “Todos supieron que fue un error. Fue una confusión del protocolo del PLC. Dieron las carpetas al revés”, explica.

Finquero y ganadero

En el 2015, en Camoapa se dieron cuenta de que Risita era ganadero por boca de Raúl Martínez. “Me lo encontré sorpresivamente en la asamblea por la dignidad ganadera, en Matiguás, en el año 2015. Este señor, siendo de Camoapa, apareció representando a los productores de La Cruz de Río Grande, con un eufórico discurso que en realidad llamó la atención y era muy convincente en todo lo que decía, pronunciándose por los bajos precios de la carne, los bajos precios de la leche, que el litro andaba por los siete o cinco córdobas”, recuerda Martínez.

En Camoapa saben que Risita es de escasos recursos y no le conocen finca.

Risita se defiende diciendo que para 1998 él vivía en El Ayote y logró ser partícipe de la fundación de la Asociación de Desmovilizados 22 de Marzo R. N., a la cual Arnoldo Alemán le entregó tierras para repartirlas entre los desmovilizados de la Contra.

El comandante Risita entregando títulos de propiedad a campesinos, de tierras que les dio el gobierno de Daniel Ortega y Rosario Murillo. LA PRENSA/ TOMADA DE EL 19 DIGITAL

Risita asegura que él repartió entre desmovilizados una de las fincas que entregó Alemán en Camoapa, Toro Rojo. “Yo no agarré tierras”, afirma.

Después, Risita afirma que repartió entre desmovilizados otra finca en Tecolostote, Las Mercedes, y tampoco se quedó con tierras.

Dice que llegó a tener tierras en La Cruz de Río Grande porque heredó de un familiar y también compró. Eran 80 manzanas de tierra y 40 cabezas de ganado, pero tuvo que vender todo por su seguridad. Dice que le mataron a seis familiares en esa zona.

También tuvo dos manzanas de tierra en Managua, en Monte Tabor, pero esta última la regaló entre personas necesitadas, asegura. “La entregué a gente humilde”, dice.

Es por las tierras y el ganado que tenía en La Cruz de Río Grande que Risita se hizo miembro de la Federación de Asociaciones Ganaderas de Nicaragua (Faganic), con el carné de socio número 15.

Solón Guerrero Palma, vicepresidente de Faganic, no conoce bien a Díaz Salazar y si tiene carné de Faganic es porque debió de pertenecer a alguna de las asociaciones de ganaderos.

Quería ser alcalde de Mateare

En 2017, Risita apareció como candidato a alcalde por el municipio de Mateare, en el departamento de Managua, representando al Apre.

Dos años antes Raúl Martínez lo había visto como representante de ganaderos de La Cruz de Río Grande.

“Nos llamó la atención (a los camoapeños) cómo una persona podía ser tan nómada y cómo convencía a la gente, porque para ser candidato a alcalde te tiene que conocer la gente y él sorpresivamente aparecía de la nada”, expresa Martínez.

Risita asegura que hace 10 años obtuvo una casa en Mateare, pero la tuvo que dejar porque no soportaba la falta de agua en esa localidad. “No me gusta la sequedad”, afirma.

Viviendo en Mateare, Risita cuenta que por ser un líder social se alió con el Apre, ya que su presidente Carlos Canales lo conoce muy bien. Fue candidato a alcalde, obtuvo “bastante” votos, pero no resultó electo.

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Al ser consultado, Carlos Canales indicó que sí se enteró de que Risita fue o anduvo queriendo ser candidato a alcalde por el Apre en Mateare. Canales dijo no recordar bien porque esos asuntos no los maneja él directamente, pero sí recordó a Risita en las actividades del Apre, aunque no aseguró que lo conocía en el grado en que lo dijo Risita.

“Ahora los partidos son de puertas abiertas”, indicó Canales.

En el Diálogo Nacional

En la mesa del diálogo le dieron la palabra a Jorge, es decir, Jorge Luis Díaz. El comandante Risita fue efímero y pidió seguridad en el campo y que todo se resolviera en el primer día del diálogo.

De repente todos se comenzaron a preguntar a quién representaba el comandante Risita, quien se identificó como líder del Movimiento Campesino por la Paz y la Democracia. Nadie lo conocía. Especialmente los campesinos estaban asombrados. Se preguntaban cómo logró entrar a la mesa del diálogo.

En Camoapa la gente primero se asustó y después se echaron a reír.

En la mesa del diálogo, el comandante Risita no fue muy elocuente y se limitó a decir que se necesitaba seguridad en el campo. LA PRENSA/ REPRODUCCIÓN/ CANAL CATÓLICO DE NICARAGUA

“Fue motivo de risas cuando lo miramos en el Diálogo Nacional”, dice Raúl Martínez, quien añade que Díaz Salazar tiene muchas personalidades. “Si a él le dicen que tiene que llegar de saco y corbata, él se presenta como un ejecutivo a ese lugar. Si él tiene que presentarse como un campesino, él se presenta como un campesino. Si él va a un escenario de beisbol, él llega como un deportista. Él tiene muchas personalidades. Y te habla del tema y va acorde a la realidad, al contenido esencial de lo que se va a abordar ahí. Es como que si se documenta, como que si se informa”, comenta Martínez.

Cuando lo vio en la mesa del diálogo, el cronista deportivo Miguel Mendoza se espantó. “Sabía que había entrado a base de mentiras. No era un dirigente campesino y desde mi pueblo me comenzaron a llegar las bromas de la gente que lo conoce”, dice Mendoza, quien asegura que se decepcionó porque se le vino abajo la expectativa que tenía del diálogo porque ya no le vio seriedad.

Cuando en la mesa del diálogo se enteraron que Risita no representaba a nadie, al día siguiente no lo dejaron entrar. Lo expulsaron. Y él respondió brindando una conferencia de prensa a la cual llegaron medios del gobierno únicamente y en la cual dijo que renunciaba al diálogo por la mucha violencia, especialmente en contra de los policías.

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Según el comandante Risita, a él lo invitó al diálogo el ya fallecido obispo de Siuna, David Zywiec. Dice que estuvo en todas las sesiones del diálogo y que, incluso, a veces salía a hacer diligencias y siempre lo dejaban entrar y salir con tranquilidad. Renunció porque había demasiada violencia, afirma.

“Yo estuve en la reunión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), cuando ellos decían que había 40 muertos, eran dos muertos los que había. Porque Paulo Abrao él lo dijo en una reunión, que no estuvieran haciendo lo que estaban haciendo los universitarios de la Upoli, que había un accidente y había un muerto y ellos venían y se lo llevaban en carrera y se decía que la Policía lo mataba. Eran manipulaciones que había. ¿Que hubo enfrentamientos entre policías y estudiantes? Sí hubo, claro que sí. Los policías se tenían que defender”, alega Risita.

Risita en la actualidad

El comandante Risita revela que en la actualidad trabaja para conseguir tierras para los campesinos.

Tiene acuerdos con el gobierno para entrega de tierras, viviendas y otros beneficios agrícolas. Afirma que ya entregó las primeras 200 manzanas de tierra que el gobierno le entregó recientemente: “Yo peleo por los campesinos”.

Asegura que no defiende al gobierno de Daniel Ortega, pero que él y su esposa Rosario Murillo “han hecho mucha obra buena”.

“Del 2017 al 2018 estaba buenísimo Nicaragua. Había trabajo, demasiado. Había demasiado proyecto. Inversiones buenas. Con todo lo de abril (de 2018), todo eso ahí es cuando lo desbaratamos”, expresa Risita.

Cuando se le consulta que cómo hace para cambiar de un bando a otro con facilidad, responde: “Yo no apoyo a Daniel Ortega, apoyo la verdad. Váyase de Managua a Siuna, carretera nueva. A Rosita, carretera nueva. A La Cruz de Río Grande, carretera nueva. ¿Cuántos hospitales se han hecho? Eso es lo que necesitamos los campesinos”.

Tras ser expulsado de la mesa del diálogo, el comandante Risita dijo que mandaría a levantar todos los tranques que estaban resguardados por su movimiento campesino. LA PRENSA/ ARCHIVO

Y cuando se le consulta sobre lo que dicen sobre su capacidad para engañar, finaliza diciendo: “Yo no engaño a nadie. Si yo mando una carta a tu oficina, vos la viste, tuviste estudios, y tenés un consejo, el consejo la aprueba, porque lleva membrete y está registrado. No te están engañando”.

Para el cronista deportivo Miguel Mendoza, Díaz Salazar es una persona que ha vivido engañando. “Pese a su baja escolaridad es capaz de engañar al más estudiado. Es único en el arte del engaño”, dice Mendoza, quien considera que si lo ha logrado es porque los políticos se dejan llevar por este tipo de personas con tal de llegar a las personas que viven en los pueblos de Nicaragua.

Un partido para elecciones de 2021

Las aspiraciones de Jorge Luis Díaz, alias comandante Risita, es que este año el Consejo Supremo Electoral le apruebe personería jurídica para un partido político que se llamaría como su movimiento de campesinos.

“Si me dan la personería jurídica voy solo”, dice Risita, quien asegura que tiene preparadas a dos personas para que sean los candidatos a presidente y vicepresidente.

Según Risita, ya el Consejo Supremo Electoral tiene los papeles de lo que sería su nuevo partido.

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