Francely Navarro, comunicadora y relacionista pública del Cenidh, 26 años.
Si su vida tuviese un título, ¿cuál la describiría mejor?
Fragmentada.
¿Lugar favorito de su casa?
“La casita”, es un cuarto que nunca terminé de construir. Ahí enterré a mi perro y he enterrado a varios pájaros tiernos que caen del árbol de Laurel.
¿Es puntual?
Casi nunca. Siempre llego corriendo a todas partes.
¿Le gusta observar a las personas en la calle?
Sí, las incomodo, incluso las persigo y les digo: vendo caracoles y sueños ¿quiere uno o dos? Es lo más normal, las personas siempre necesitan eso.
¿Una cosa que le gustaría que nunca cambie?
La bandera de Nicaragua que tiene La Prensa en las afueras de sus instalaciones.
¿Cuál es el auto de sus sueños?
El fabuloso Peel P50, no confío en personas que dicen que no les gusta.
¿Qué valoraría con un 100?
La comida que prepara mi mama (así sin acento en la a).
¿Una cosa que está absolutamente decidida a hacer?
Aprender a bailar el chachachá como profesional.
¿Hasta qué edad quiere vivir?
Eternamente.
¿Una cosa que le lleva mucho tiempo hacer?
Sumar.
¿De qué le gustaría saber más?
Del pensamiento de los animales, es mentira que son irracionales.
¿Un misterio del que desea saber la respuesta?
Qué hay antes de la vida… ya no lo recuerdo.
¿Ha cambiado mucho su vida desde 2018?
Sí, he muerto muchas veces desde entonces.
¿Cuáles son algunas cosas que ha tenido que desaprender?
Todo lo que aprendí sobre periodismo en la universidad. Nunca nos pintaron un panorama tan deplorable, hostil y nocivo para la libertad de expresión como este. Somos supervivientes. El régimen Ortega-Murillo nos quiere fuera, ciegos, sordos y mudos.
¿Qué canal de TV o YouTube no existe, pero debería?
Mi canal por supuesto, ja, ja, ja.
¿Qué moda o tendencia espera que vuelva?
Los trajes de elfos medievales, ja, ja, ja.
Si no viviera en Managua, ¿en qué ciudad le gustaría vivir?
En León (siempre de noche claro).
¿Última vez que subió a un árbol?
Hace un mes.
¿Cuál considera que ha sido su mejor hallazgo?
Un cuarto lleno de libros y una navaja de oro enterrada en el patio de mi casa.
¿A qué lugar ficticio le gustaría ir?
Macondo… y también al lugar donde este régimen no exista.
¿De qué se ha formado recientemente una opinión?
De la postulación a la presidencia de Cristiana Chamorro. También de las recientes leyes liberticidas que aprobó el régimen Ortega-Murillo.
¿Qué es lo más conmovedor que ha visto?
Las Madres de Abril pidiendo justicia por sus hijos asesinados.
¿Una costumbre de las abuelas que le gustaría continuar y ya no se hace tanto?
La atención a los niños.
¿Cómo se relaja después de un día duro de trabajo?
Leo a Vicente Huidobro como si nunca lo hubiese leído en mi vida.
¿Qué programa de televisión o película popular se niega a ver?
Me niego a ver por completo Star Wars, sigo preguntándome por qué.
¿Cuál era el nombre de la mascota que tuvo mientras crecía?
Chiripo.
¿Alguna vez quiso ser monja?
Cuando tenía seis años mi mama estuvo a pocas horas de entregarme a unas monjas en la Catedral de Managua.
¿Una cosa que realmente quiere, pero aún no puede pagar?
La obra original, Incisiva (1980), del pintor español Joan Miró.
¿Lo mejor que le pasó la semana pasada?
Sembrar un árbol.