El lanzador leonés Berman Espinoza que milita con el conjunto de Matagalpa en el Pomares está muy cerca de convertirse en el serpentinero número 20 en llegar a las 100 victorias en el beisbol de Primera División. Espinoza está a cuatro éxitos de entrar a la lista que encabeza el granadino Julio César Raudez con 170 triunfos. El espigado lanzador también tiene entre ceja y ceja tumbar el récord de ponches de todos los tiempos en poder del rivense Julio Espinoza.
Berman logró ganar en su primera apertura en el arranque del Pomares el fin de semana pasado. Derrotó a las Brumas de Jinotega en labor de seis innings, ponchó a cinco, permitió siete hits, un cuadrangular y le marcaron cuatro carreras, de ellas tres fueron limpias. Con sus cinco “fusilados” llegó a 1,160 en su carrera y se ubica a 289 abanicados de Julio Espinoza que consiguió 1,449 en 2,002 episodios a lo largo de 22 temporadas en la pelota criolla.
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“Llegar a las 100 victorias es algo maravilloso para mi carrera, son los frutos de mi trabajo y esfuerzo en los entrenamientos. Para todo pícher es un orgullo alcanzar esa meta y ahora que estoy cerca, trabajo con más entrega para lograrlo lo más pronto posible”, menciona el tirador de 34 años de edad.
Está cerca del retiro
Espinoza habla sobre la posibilidad de arrebatar la marca de ponches: “Desde que ponché a 108 en 2019 me di cuenta que no estaba tan lejos de la cifra de Julio, ahora me estoy enfocando en ese logro, he trabajado más fuerte para mantenerme saludable, cuido mi brazo. Me propuse la meta de superar la cifra la próxima temporada y si consigo ese récord me voy a retirar del beisbol nacional”, afirma el líder de staff de Matagalpa.
Cuando el tirador no está en la loma de disparos se dedica a trabajar con niños de las diversas comarcas de Matagalpa. “Cuando no estoy jugando me dedico a pasar tiempo con mi esposa e hijos. También viajo a la finca de mis padres y ahora gracias a Dios y a mis patrocinadores, tengo una academia llamada Astros del Norte, donde le doy seguimiento a los niños que sueñan con jugar pelota en Primera División. Tengo a 60 niños entre cuatro a 14 años de edad que llegan a la academia, Dios me dio el don de enseñar y lo estoy aprovechando”, señala el diestro.
Después de culminar su carrera en la pelota criolla, Espinoza se dedicará a su academia. “Lo que haré después de mi retiro será trabajar a tiempo completo con los niños de mi academia, mi meta es formar peloteros que destaquen en Matagalpa y en todo el país”, menciona Berman.
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Apegado a la religión
Desde 2005 Berman Espinoza es miembro de la Iglesia de Dios Central, ubicada cerca de su residencia en la Perla del Septentrión. “Gracias a Dios toda mi familia asiste a la iglesia, también soy parte de un ministerio de alabanzas y siempre trato de agradar a Dios y estar encarrilado en el buen camino”, asegura.
Pide mayor seguimiento
Espinoza le molesta que no se le dé mayor seguimiento por parte del periodismo de Managua a los peloteros de los departamentos. “El periodismo me ha dado poco seguimiento en mi carrera, no le doy mucha importancia a ese tema, pero considero que he logrado buenos números para tener mayor enfoque en mi carrera; igualmente se debería dar más seguimiento a los peloteros que destacan en los departamentos. He visto como se ha enfocado el periodismo en Róger Marín (Bóer) y Jorge Bucardo (Dantos), son de los mejores pícheres de Nicaragua, pero se ha hablado mucho de ellos. Influye mucho que juegan en Managua y por eso los ponen en bandeja de plata. En los demás equipos están muy buenos lanzadores como lo son: Luis Castellón, Sheyder García, Fidencio Flores, que están destacando en los últimos años”, relata el serpentinero.