Lottie Cunningham, abogada defensora de derechos de los pueblos indígenas, 61 años.
¿Se enoja fácilmente?
En algunas ocasiones.
¿Sueño frustrado?
No haber logrado la justicia social para mi pueblo miskitu.
¿Amor platónico?
No.
¿Volvería con alguno de sus ex?
No.
¿Qué prenda de ropa o accesorio de moda nunca ha usado ni usaría jamás?
Una tanga.
¿Qué le da más miedo: aliens o fantasmas?
Aliens.
¿Flor favorita?
Rosas rojas.
¿Un libro que marcó su vida?
El amor en los tiempos del cólera, de Gabriel García Márquez.
¿Qué compraría con un millón de dólares?
Le compraría herramientas agrícolas, máquinas de coser y telas para las mujeres indígenas de las comunidades en extrema pobreza.
Además: Activista nicaragüense gana el Nobel Alternativo.
¿Cuál fue su última mentira?
Que regresaría temprano a casa.
¿Perdonaría una traición?
Depende.
¿Qué es lo que más le da alegría?
Compartir tiempo con mis seres queridos y servir a los más necesitados.
¿Emoji favorito?
Cara sonriente con los ojos en forma de corazón.
¿Cuál fue el mejor día de su vida?
Cuando di a luz a mi único hijo.
¿Su mayor defecto?
No poder expresar mi amor.
¿Qué sería capaz de hacer por amor a Nicaragua?
Lo que hoy hago día a día, luchar por la democracia y la autodeterminación de los pueblos de la Costa Caribe para que prevalezca la justicia social.
Si pudiera cambiar un hecho de la historia de Nicaragua, ¿cuál sería?
Incorporar a la Costa Caribe al desarrollo nacional sin exclusión social y erradicar el racismo institucionalizado por el estado de Nicaragua contra los pueblos indígenas y afrodescendientes.
¿Una cualidad que busque encontrar siempre en las personas?
Tolerancia, humildad y respeto.
¿Perdona y olvida o nada más perdona sin olvidar?
Perdono para olvidar.
¿Una meta que se muere por cumplir?
Lograr el saneamiento de los territorios indígenas y afrodescendientes para que tengan uso y control sobre sus tierras y recursos naturales.
¿Cambiaría algo de su vida?
Amo mi vida tal como es.