El mercado brasileño estaba inexplorado en el futbol nicaragüense. Los primeros jugadores no habían dejado la impresión esperada por su nacionalidad en 2008, pero David Da Silva cambió eso un año después, logrando marcar diferencia en su primer torneo: anotó nueve y el último en la final, que le sirvió al Ferretti festejar ante Real Estelí un título por primera vez en ocho años. “Veo que la afición no me ha olvidado y es gratificante, entiendo que se hizo historia en el equipo. Fueron grandes momentos”, señala Da Silva desde Brasil donde es pastor de una iglesia desde hace siete años tras culminar sus estudios de Teología.
Da Silva regresó a finales de 2009 a Brasil donde pasó jugando en equipos de Primera y Segunda División de diferentes Estados, hasta que en 2015 sintió que debía ponerle una pausa al futbol y cuidar su vida espiritual. “Comprendí que Dios tenía cosas muy grandes para mi vida. Entendí que debía ayudar a mi prójimo porque no hacemos nada por los demás. Estos años separado del futbol he vivo muchas cosas bonitas que voy a guardar para toda la vida, no hay mayor recompensa que dar amor a quien lo necesita”, explica el brasileño, afirmando que su misión no es solo hablar de Dios a las personas, sino ayudar con comida y todo lo que esté a su alcance a las familias que más lo necesitan.
Puede interesarte: Byron Bonilla marcó su tercer gol y debutó el nicaragüense 14 en el futbol tico
El delantero brasileño realiza algunas oraciones a través de su cuenta de Facebook donde mucha gente lo contacta, entre ellos exfutbolistas nicaragüenses. “Hace como tres meses hablé con (Samuel) Wilson y Daniel Reyes, ellos están siguiendo los caminos de Dios. Wilson me dijo que estaba firme en las cosas espirituales y me alegró mucho”, dice el sublíder goleador del Ferretti en 2009, quien afirmó que se ha mantenido en contacto a través de Facebook con algunos excompañeros como Eustace Martin, Freddy Villarreyna, Juan Barrera, Róger Mejía, Fernando Tauam, Silvio Avilés, Denis “el Pulpo” Espinoza, más los hondureños Marlon Cruz y Armando Cruz. “Estoy agradecido con el cariño de todos por no haberme olvidado”, dice.
Da Silva manifestó que a sus 32 años juegan en el futbol regional amateur de Brasil pero no está retirado. “Pienso cerrar mi carrera en unos dos años. Aún puedo jugar, sigo entrenando y estoy bien de salud. Ahora tuve ofertas para jugar en Segunda, pero no es el momento de hacerlo, veremos más adelante”, afirma el primer brasileño en Nicaragua, quien guarda grandes recuerdos de su paso por la Liga Primera.