Si se valora la actuación de Erasmo Ramírez en seco: una carrera en dos episodios en su debut en el Spring Training con los Tigres de Detroit, suena mal, parece un trompicón, manejar en reversa de cara a ganarse un cupo en el roster final para Grandes Ligas. No obstante, el trabajo del rivense va más allá de ese desliz. Tuvo un debut prometedor como relevista comeinning. Después de haber lanzado una bola cortada que finalizó en la zona mala, decidió probar con el sinker ante Todd Frazier. Apenas era el segundo lanzamiento con los Tigres y el jugador de los Piratas cazó, la pelota viajó a la velocidad de la luz al otro lado de la barda, opacando el inicio de Ramírez, pero a partir de ahí no se le movió ni un mosquito.
El rivense dominó a los seis bateadores en fila que enfrentó, utilizando solamente 28 lanzamientos. Primero Jacob Stallings fue puesto out en una rola al campo corto, luego ponchó a Erik González y con conteo de 2-2, Oneil Cruz ligó una línea a las manos del jardín izquierdo. Así fue como se esfumó el cuarto inning y primero del derecho nicaragüense.
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Gustó Erasmo y siguió en el quinto y último episodio. Hizo roletear a Travis Swaggerty hacia segunda y Kevin Newman cayó por la misma vía, cerrando su participación ante Ke’Bryan Hayes en elevado al jardín central, defendiendo así la ventaja y el triunfo 6-1 ante los Piratas. Si el que ríe de último lo hace mejor, la sensación dejada por el nicaragüense fue positiva. Nadie llega con sus picheos teniendo la precisión de un francotirador en su primera salida, pero el rivense demostró carácter para enderezarse y no hundirse después que le movieron el piso en el segundo lanzamiento.
Jonathan Loáisiga, principal figura pinolera del picheo, aún no ha tenido participación en los entrenamientos de primavera.