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Santos Jarquín lleva la mejor frecuencia ponchadora en una temporada de todos los tiempos en nuestro beisbol. LA PRENSA/ CORTESÍA/ DENNIS MORONEY

La historia de Santos Jarquín, el joven que lanza dos juegos sin hit ni carrera en 10 meses

En el 2014 abandonó Puerto Cabezas en compañía de su madre para cumplir un sueño y siete años después logra algo que muy pocos han conseguido

Abandonar tu pueblo natal a los 14 años de edad y tener que adaptarte a esa corta edad a un nuevo ambiente es un reto enorme. El joven lanzador costeño Santos Jarquín salió de Puerto Cabezas, en compañía de su madre (Johndra Azarías), en busca de cumplir su sueño —ser beisbolista y lograr una firma con un equipo de MLB— y el pasado domingo logró su segundo juego no hit no run en su corta carrera con los Indios del Bóer, ante la Costa Caribe con marcador de 2-0 en siete episodios.

“Inicié a jugar beisbol a los siete años en Puerto Cabezas, era miembro de la academia infantil Lujaes Montecarlo. Mi infancia fue buena, a pesar de vivir en un barrio peligroso (barrio Alemán), mis padres me guiaron por el buen camino y estoy agradecido con ellos. No crecí rodeado de lujos, tampoco soy de una familia cómoda. Vivíamos con lo necesario, pero gracias a Dios jamás nos faltó la comida en la mesa”, relata el lanzador de 21 años de edad.

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Difícil decisión

Los padres de Jarquín llegaron a la conclusión de que la única forma de cumplir el sueño de la firma profesional era viajar a Managua. “Mi papá (Santos Jarquín Morales) y mi mamá me dijeron que debía viajar a Managua si quería lograr mi sueño. Mi mamá decidió acompañarme y mi papá se quedó con mis dos hermanas mayores. Me sentí emocionado, pero a la vez me sentía triste por dejar mi tierra, el calor de mi hogar. Estaba convencido de que era la mejor opción para desarrollarme en el beisbol y ahora estoy seguro que tomamos la mejor decisión”, afirma Santos con mucha nostalgia.

Santos Jarquín llegó a Managua junto a su mamá a los 14 años de edad y de inmediato consiguió entrar a la academia de Hubert Silva. “Cuando llegué a la capital, logré contactarme con Hubert Silva y él me brindó la oportunidad de ser parte de su academia. Me preparé ahí durante dos años y medio, tenía la esperanza de lograr la firma, pero no se pudo. Después estuve cuatro meses en la academia de Marvin Throneberry, a inicios del año 2017 decidí probar suerte en el Bóer”, menciona el serpentinero.

“El primer año con el Bóer fue difícil, nadie me conocía y no tenían planes para mí en el equipo grande. Me subieron a Primera División un par de meses después del comienzo del Pomares, pero no tuve muchas oportunidades y me bajaron a la reserva”, asegura Jarquín.

El joven tirador ha tenido que superar momentos difíciles para no abandonar su sueño de lograr una firma. “Estar lejos de mi familia es lo más difícil, acá en Managua vivo solo (alquila un cuarto en Monseñor Lezcano). Me distraigo con los entrenamientos y con los estudios (cursa el tercer año de la carrera Ingeniería en Energías Renovables en la UNAN-Managua). Le doy gracias a Dios por la salud y por bendecirme, a mis padres y familiares por apoyarme siempre. Al equipo por confiar en mí, por ayudarme a conseguir ese triunfo y cada una de las personas que han contribuido en mi crecimiento”, asegura el diestro.

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El 17 de mayo de 2020 Santos Jarquín le tiró juego sin hit ni carrera a Masaya, y casi un año después logró repetir la hazaña. “Es muy significativo para mí tener dos juegos sin hit ni carrera, es el fruto de mis entrenamientos. Me motiva a seguir trabajando más y, sobre todo, ser más competitivo. En el sexto episodio sentí más presión ante la parte central del bateo costeño, gracias a Dios logré ponchar a los tres bateadores y me llené de confianza para completar la proeza. Mis padres me llamaron después del juego, estaban orgullosos y me dijeron que los vecinos también disfrutaron del juego. Estoy feliz por llenar de alegría a mis padres y a mi pueblo”, asegura el costeño.

Planes a futuro

Para Jarquín, su meta a corto plazo es ser un lanzador caracterizado en Primera División. “Lo primero que deseo lograr es ser un pícher establecido como abridor. Después quiero llegar a la Selección Nacional y también ser parte de un equipo en la Liga Profesional. No dejo de soñar con firmar con un equipo de MLB”, concluye Santos.

El serpentinero costeño debutó en 2017 con la tribu, ha participado en 43 juegos, ocho como abridor. Sus estadísticas (sin incluir esta temporada) son de cuatro triunfos y una derrota; lanza en 78 episodios, permite 32 carreras (todas limpias). Propina 82 ponches, con 52 bases por bolas y su efectividad es de 3.69. En este inicio de campaña lleva una victoria y dos derrotas en tres aperturas.

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