Si por el lenguaje corporal de antes de subir al ring se definieran todas las peleas, Román González tendría más derrotas que victorias. Sobre el cuadrilátero se transforma. Este viernes en la ceremonia del pesaje oficial, en la cual Chocolatito y el Gallo marcaron 114.8 libras, lo más llamativo fue cuando el campeón azteca del Consejo Mundial de Boxeo (CMB) dio un paso adelante en el cara a cara y miró fijamente a Chocolatito. El nicaragüense no supo cómo responderle, le apartó la mirada —evadiendo el reto visual— y prefirió mostrar una sonrisa. En el auditorio se escucharon gritos y hubo cierta algarabía por lo visto sobre la tarima.
Cuando Román fue entrevistado para DAZN, indicó tener a Dios de su lado y citó el Salmos 92: “Pero tú aumentarás mis fuerzas como las del búfalo; seré ungido con aceite fresco…”, causando emoción entre su equipo de trabajo, que empezó a aplaudir.
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Más tarde Chocolatito habló con el periodismo: “Me siento superfuerte, supercontento y muy motivado, pero a la misma vez feliz, y mañana vamos a hacer un gran trabajo. Llegó el momento y la hora de demostrar de qué estamos hecho”. Al preguntarle sobre la escena con Estrada, se limitó a decir: “aaaaaa, no, tranquilo todo. No me intimidó. Realmente estamos bien. Tanto él como yo compartimos el mismo sentimiento de estar preparados”, concluyó, para luego retirarse a comer y enfocarse en el combate esperado de esta noche.