Si Román “el Chocolate” González fuera al menos neutral sobre los asuntos políticos de Nicaragua, quizá en este momento una buena parte de nicaragüenses estarían admirándolo por su desempeño en la pelea que libró la noche de este sábado 13 de marzo frente al mexicano Juan Francisco “el Gallo” Estrada, considera el cronista deportivo Miguel Mendoza. Pero aún ganando en el ring, González tiene perdido el respaldo del pueblo nicaragüense desde que se enfundó en el traje orteguista.
Una gran cantidad de nicaragüenses han mostrado su repudio al púgil nicaragüense a través de virales mensajes en redes sociales, especialmente después de subir al ring únicamente con la bandera rojinegra del FSLN, una camiseta de campaña electoral a favor de Daniel Ortega y Rosario Murillo y con la gorra de la Policía Orteguista, una institución desacreditada, con denuncias y sanciones internacionales en su contra por el asedio, violencia y la muerte de civiles que desde 2018 levantaron protestas en contra del régimen Ortega-Murillo.
También en redes sociales hay numerosos mensajes de nicaragüenses celebrando al Gallo Estrada, quien subió al ring con la bandera mexicana, pero también con la nicaragüense. Además, antes había mostrado una Bandera de Nicaragua con el escudo al revés, un símbolo que desde el 2018 indica que Nicaragua está de luto y denuncia las muertes de ciudadanos en manos de parapolicías orteguistas.
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“Fue asombroso, insólito. Fue una falta de cerebro que no llevara la Bandera de Nicaragua. Eso demuestra que van hasta el fin con sus errores. La gente ya no ve como propio al Chocolate. Por eso la gente dice ‘está bueno que le hayan robado’. Yo me siento extraño, quisiéramos admirar a este muchacho pero el orteguismo representa dolor para los nicaragüenses”, expresó Mendoza.
Para el también cronista deportivo Edgard Rodríguez es una lástima que Nicaragua esté tan fracturada y que eso abarca hasta el deporte. “Qué tremendo sería que Román subiera al ring con la Bandera de Nicaragua y que tuviera detrás de sí el respaldo de todo un pueblo, apoyándolo, contento en sus victorias o sufriendo en sus reveses, pero lamentablemente la crisis sociopolítica ha generado esta división y Román ha tomado decisiones y cuando uno toma decisiones carga con las consecuencias”, explica.
Rodríguez indica que no aplaude ninguna manifestación de violencia o similar, y que así como el Chocolate ha optado por inclinarse totalmente hacia un partido, pues quienes lo rechazan también ese derecho de manifestar su desacuerdo con él.
Se han colado también los señalamientos que carga por violencia machista contra su exesposa Raquel Doña, y los cuestionamientos por haber empezado una relación con una joven menor de edad, hecho que se cataloga como delito de estupro en el país. Su historial de abuso también sale a relucir en una derrota que se ha vuelto celebración para muchos de sus compatriotas.
“El Gobierno apoya a mi hijo en el deporte”
La madre del Chocolate, Lillian Luna, explicó a LA PRENSA que le duele todo lo que la gente dice sobre su hijo. “Me dicen que él es un matamama. Me duele porque es mi hijo, pero eso de apoyar al Gobierno es decisión de él”, dice Luna.
Luna también indicó que su hijo no le pone mente a todo lo que hablan de él. “Siempre me dice: a mí no me interesa”, explica.
Según Luna, su hijo perdió porque subió con la camisa de Ortega, ya que había un réferi venezolano que es opositor a Maduro. “Era uno que estaba con mascarilla. Desde que Román subió ese venezolano lo quedó viendo. De viaje se veía”, justifica la madre.
A los nicaragüenses que hablan mal del Chocolate, Luna solo les puede decir: “Mi hijo es nicaragüense”.
Ignora el dolor de los nicaragüenses
Román González, de 33 años de edad, está considerado uno de los mejores boxeadores del mundo en los pesos pequeños. Siempre se ha declarado sandinista y no es la primera vez que sube al ring con los símbolos del orteguismo.
Llegó hasta tercer grado de primaria y el cronista Miguel Mendoza comprende en alguna manera su comportamiento porque el orteguismo ha comprado no solo a deportistas, sino también a grandes intelectuales, personas que tienen un elevado nivel de comprensión de la realidad actual de Nicaragua, como abogados, ingenieros, periodistas y hasta políticos experimentados, analiza Mendoza.
José Pallais, analista político, dice desconocer si el Chocolate está lo suficientemente consciente de que los Ortega Murillo son una dictadura sangrienta, pero sí considera que tanto al boxeador como a quienes lo manejan les ha faltado valor para decirle no a los dictadores. “El Chocolate se sacrifica y el Gobierno lo utiliza”, señala Pallais.
Para Pallais, el Chocolate no ve o desatiende el hecho de que entre la mayoría de la población nicaragüense hay mucho dolor, especialmente después de abril de 2018, cuando los parapolicías orteguistas mataron a jóvenes que protestaban cívicamente contra el Gobierno.
El régimen ha trastocado el deporte de forma tal que los atletas tienen casi la misma condición que un empleado público, considera Miguel Mendoza, poniendo de ejemplo a dos beisbolistas que fueron sancionados por decir que estaban contagiados de Covid-19. Todo lo que toque Ortega lo vuelve rojinegro y lo usa a gusto y antojo o lo desecha.
La simbología que lo eclipsa
Respecto a la vestimenta del Chocolate a la hora de subir al ring este sábado, lo primero que critican es que no porte la bandera azul y blanco de Nicaragua, país al que representa como deportista. Desde 2018 Ortega ve el azul y blanco como un símbolo de la oposición y ha criminalizado su uso.
La gorra de la Policía con la que se corona públicamente en sus combates es uno de los símbolos más repudiados. Miguel Mendoza no cree que la puesta de la gorra sea como un pago de que a su hermano Milton González lo hayan salvado de las rejas, diciendo que llevaba talco en lugar de cocaína cuando lo detuvieron en marzo de 2014, para él va más allá. “El muchacho es casi un títere”, explica.
Aunque usara una camiseta con las imágenes de Daniel Ortega y Rosario Murillo como propaganda electoral, Mendoza considera que el Chocolate no le genera adeptos a la dictadura, pero debe mostrar total lealtad a la pareja dictatorial.
Sin ética profesional
Para el sociólogo Mario Sánchez, la reacción de los nicaragüenses, de repudio hacia el Chocolate, tiene que ver con las múltiples agresiones que ha recibido el pueblo de parte de la dictadura orteguista.
“Es una reacción por esa realidad, una situación que no ha sido resuelta. Esa actitud hostil hacia un atleta que usa símbolos repugnables, símbolos de un gobierno que ha sido sancionados por países y organismos internacionales”, manifiesta Sánchez.
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Sánchez considera que es como usar una camiseta de Adolfo Hitler en Polonia, de Augusto Pinochet en Chile o de Jorge Rafael Videla en Argentina.
Aunque el sociólogo reconoce aún algunos valores en González, como la disciplina, el esfuerzo y la humildad, considera que este pero no valora el costo político que tiene su afiliación al orteguismo. Maltrata su ética como atleta profesional. Lo condena a ser el eterno derrotado ante los ojos de un público nacional que espera más de sus deportistas.