Después de pasar un año y cuatro meses detenido, el joven Kenny Brooks finalmente fue sentenciado a 36 años y ocho meses de prisión y sesenta días multa por la juez Shura Bonilyn Welcome Crawford, del Distrito Penal de Juicio de Bluefields.
A Brooks se le imputaron el asesinato de Denrey Hodgson, de 52 años de edad, quien fungía como presidente del Gobierno Comunal Creole de Bluefields (GCCB); el asesinato en grado de frustración de Larton Jeffrey Babilonia, y el delito de lesiones graves en perjuicio de Reynaldo Alexander Castillo García.
Sin embargo, tanto la familia de Brooks, como la esposa de Denrey Hodgson, consideran que el proceso legal tuvo irregularidades y que el joven es inocente.
Hodgson fue asesinado frente a su casa de habitación, ubicada en el barrio Beholdden, el 27 de diciembre de 2019. Según testigos, este se encontraba solo en su casa, cuando su amigo y tesorero del GCCB, Jeffrey Babilonia, lo llegó a buscar. Ambos habrían salido al frente de la casa de habitación a conversar, cuando ocurrió el asesinato.
“¿Quién protege al verdadero asesino?”
El joven fue declarado culpable desde julio de 2020, pero hasta este viernes le dieron lectura a la sentencia. Desde que inició el proceso en contra de Kenny Brooks, su madre, Yosmari Dixon, denunció en medios de comunicación de Bluefields las irregularidades que observó en la acusación.
La mujer considera que es una injusticia la que han hecho con su hijo: “Quieren tapar el sol con un dedo. Es una gran injusticia (…) Vos sabés, pagar injustamente tantos años allí (sistema penitenciario) por otra persona. ¿Y el verdadero asesino? ¿Quién protege al verdadero asesino?”, expresó Dixon.
Para Dixon, el juicio carecía de pruebas que culparan a su hijo. “Hoy en día, a dónde está la arma con la que mataron a Denrey. Esto, hay algo más profundo, la misma esposa dice”, aseveró la mamá de Brooks.
Según Dixon, la Policía capturó a Kenny por un supuesto robo. Al pasar los días le informaron que la detención se debía al asesinato del funcionario del GCCB y afiliado al partido de Gobierno.
Por su parte, Norma Hammon, esposa del fallecido presidente del Gobierno Comunal Creole de Bluefields, afirma que Brooks es inocente y que desde que acusaron al joven ella no ha estado de acuerdo con el curso de la investigación, quien también observó irregularidades en el proceso judicial.
“Solo lo agarraron como chivo expiatorio, para callarle la boca a la gente. Yo sé lo dije a la jueza, se lo dije al fiscal”, refirió Hammon.
Desde la muerte de su esposo, Hammon siente temor por su seguridad porque sostiene que ha sufrido acoso por parte de Jeffrey Babilonia, amigo y testigo presencial de la muerte de Hodgson. Babilonia, según la mujer, llamó en reiteradas ocasiones a sus hijos advirtiéndoles que si encontraban un dinero debajo del colchón de la cama de su papá le avisaran porque la mitad le pertenecía a él. “Después que mataron a mi marido, el amigo Babilonia vivía llamando a mi hijo, de 14 años, para decirle que un dinero, que si encontraban un dinero abajo del colchón, era de él”.
Hammon también acusa al hombre de no devolver el teléfono de su esposo y de haber ingresado a su vivienda, porque también tenía en su poder un juego de llaves.
El mayor temor de Dixon es que su hijo se suicide en prisión: “Él es joven todavía, yo he hablado con él y me ha dicho que quiere matarse por estar pagando una condena por algo que no hizo”.
Según la sentencia condenatoria de la juez, Brooks solo pagaría 30 años de prisión, porque antes por principio constitucional se establecía que la pena máxima en Nicaragua no podía ser mayor de 30 años.
Le puede interesar: Población afrodescendiente de Bluefields no reconoce título emitido por el gobierno
