Para Oliver Flores, su paso por el boxeo no ha sido como lo había soñado. Sabía de la dureza del deporte, los sacrificios matutinos para conseguir condición física y los trancazos que iba a recibir sobre la tarima; sin embargo, con una carrera que inició hace 15 años (2006) ya se veía saltando de la pobreza, siendo campeón mundial. No obstante, a sus 30 años y 35 peleas realizadas (30 triunfos, tres derrotas y dos empates) no pierde la ilusión de ser algún día monarca absoluto.
El muchacho leonés viajará el 19 de abril rumbo a Hamburgo, Alemania, para enfrentar el 24 de abril a Artem Harutyunyan, un peleador originario de Armenia pero criado en ese país con el cual consiguió la medalla de bronce en los Juegos Olímpicos en Río 2016. En ese combate estará en disputa el cetro internacional de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB) de las 135 libras. “Estoy consciente que me llevan al matadero, como se dice popularmente. Soy noveno en el ranking de la AMB y les interesa mi puesto. Sin embargo, he estado entrenando y siento que tengo las herramientas para vencerlo. Siento que esa pelea no se irá a la decisión, o lo noqueo o me noquea”, señala Flores, quien peleó por última vez en septiembre de 2019 en Panamá, ganando por la vía rápida.
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Flores ha peleado en una sola ocasión título mundial. Sucedió en 2015, cuando viajó a Japón para enfrentar al temible Takashi Uchiyama. El leonés fue noqueado en tres asaltos. Luego de esa mala experiencia pasó dos años sin boxear hasta su retorno en 2017 contra Félix Verdejo, el llamado a ser la joya boricua. Tras esa última derrota Flores acumula tres victorias consecutivas. “Tenía buen ritmo y no he tenido mucha suerte. Cuando iba a pelear en el KO a Las Drogas por un título en Colombia, mi oponente tuvo un accidente. Yo estaba con boleto en mano y listo para viajar, más tarde tenía un compromiso en Costa Rica y la pandemia arruinó los planes. Así que estaba en un momento de necesidad, he pasado situaciones complejas económicas como todos, pero siempre Dios no nos abandona”, explica.
Conocido como Trombita, tendrá en la esquina a su papá Róger Flores y su mamá Norma Bermúdez, quien también fue boxeadora. “Estoy concentrado para entregar todo. Moriré en el ring si es necesario. Hace poco me hice exámenes y salí muy bien gracias a Dios. Mi rival, aunque solo tiene nueve peleas, es muy experimentado en el plano amateur. Es fuerte, rápido de manos y trabaja muy bien con el paso atrás. No tiene muy buena defensa y trataré de sacarle provecho a eso”, concluyó Flores.