Desde este miércoles inició el movimiento fuerte de veraneantes desde la capital hacia el interior del país. La mayoría de las terminales de buses interurbano se veían abarrotadas desde las primeras horas de la mañana, algunos nicaragüenses que laboran en la capital buscaban retornar a su lugar de origen y otros viajaban para hacer turismo.
Doña Carmen Galeano tuvo que esperar más de una hora en la terminal de buses del mercado Mayoreo para viajar a Estelí en uno de los buses expresos. Compró dos boletos, pero tuvo que esperar de pie, ya que la terminal estaba abarrotada.
“Solo me estaban ofreciendo una butaca plástica para ir en medio del bus y me cuesta los mismos cien córdobas que vale el pasaje con asiento cómodo. Mejor prefiero esperar”, dijo esta viajera quien se hace acompañar de una nieta de seis años. Al igual que Galeano centenares de personas se dirigían al norte del país en transporte público.
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En esta terminal, el servicio privado que moviliza hacia el norte estará cerrado los días jueves y viernes, sin embargo algunos transportistas del servicio ruteado han decidido trabajar de forma irregular. “Tal vez salgamos cada una o dos horas o cuando se llene el bus”, dijo uno de los ayudantes que prefirió omitir su nombre.
La terminal de buses del Mayoreo operará con normalidad hasta el día sábado.
Rumbo al mar
El éxodo de veraneantes empezó desde las primeras horas en la terminal de buses del mercado Israel Lewites, desde donde salen los buses rumbo a Masachapa y Pochomil.
Javier Acuña llegó desde Ciudad Sandino y se encuentra entre las personas que componen la larga fila para abordar el bus que le llevará al balneario de Pochomil por 35 córdobas que le cuesta el pasaje, es el mismo valor que ha tenido todo el año, pero don Javier no va solo.
Le acompaña su esposa e hija, tampoco acudirá a veranear, su propósito es obtener un poco de ingresos después que logre vender los juguetes acuáticos. Esta familia planea retornar el lunes próximo, por ello prefirieron cargar con el chocoyo que la niña lleva por mascota.
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“La situación está difícil. Yo soy maestro de primaria. Me gano la vida dando clases a domicilio pero con la pandemia ya no tengo suficientes ingresos por eso aprovecho esta semana y me voy con mi familia a vender juguetes a Pochomil”, refiere Acuña.
Los viajeros que van hacia el mar en esta terminal de buses deberán hacer fila por más de 25 minutos para tener derecho al asiento, es una normativa que se utiliza para estas fechas de mayor demanda.
Denuncian irregularidades
Pese a la pandemia del coronavirus, algunas de las personas no utilizan las medidas de prevención al momento de hacer uso de las unidades y aunque algunos buses del transporte público como la ruta Managua-Rivas mantienen las señalizaciones del uso de mascarilla en techo y paredes para prevenir el covid-19, no es exigida por los transportistas.
Los conductores aseguran que la prevención del virus debe ser asumida por el propio viajero.
La tarifa de la ruta Managua-Rivas se mantiene en 85 córdobas, sin embargo algunos usuarios de este transporte denunciaron que al llegar a la terminal observaron a personas llamadas “peseros”, que se les acercaron ofreciéndoles cargar la maleta, llevarla a la unidad de transporte y garantizarle asientos por 120 córdobas.
“Es importante que regulen porque la situación está difícil y se están aprovechando de la necesidad de viajar cobrando más de la cuenta”, aseguró uno de los pasajeros que prefirió hablar bajo el anonimato.
De todo el recorrido realizado por LA PRENSA se pudo ver que esta terminal fue la de menor demanda de viajeros.