Dentro de la capilla gris por los rastros del incendio y contemplando la imagen del Cristo crucificado y ahora calcinado, el Cardenal Leopoldo Brenes presidió una solemne misa este Viernes Santo, acompañado únicamente del cuerpo religioso de la Catedral Metropolitana de Managua e invitados especiales de la comunidad religiosa.
“En este año 2021 por razones muy especiales no podemos hacer ese tradicional recorrido, nuestra imagen calcinada siempre nos acompaña y ahí clavada en la cruz, que no puso ser destruida, sigue haciéndose realidad aquella promesa del señor, ´cuando sea levantando el alto, atraeré hacia mí todas las miradas´. Y seguimos mirando a Jesús en esta preciosa imagen de la Sangre de Cristo”, dijo el Cardenal Brenes antes de iniciar el tradicional rito católico.
Este es el segundo año consecutivo en que la Iglesia Católica suspende la realización de procesiones y misas masivas debido a la pandemia por Covid-19 que desde marzo 2020 disparó las alertas sanitarias en todo el mundo, pero es el primer año que se realiza desde la capilla menor de la Sangre de Cristo cubierta de hollín y frente a lo que queda de la imagen de Cristo Crucificado consumida en un incendio calificado como atentado por el jerarca de la iglesia.
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El 31 de julio de 2020, las llamas envolvieron el lugar luego de que – en versión de los primeros testigos y lo que la iglesia sostiene – un desconocido lanzara una bomba molotov en el interior de la capilla donde se encontraba la imagen. La Policía en su informe oficial atribuyó el incendió a la combustión espontánea por acumulación de gases en el interior del lugar y las altas temperaturas, desestimando totalmente los señalamientos de la iglesia.
“Miren el cuerpo calcinado de nuestra imagen de la Sangre de Cristo, en un minuto de silencio cada uno deposite su intención, la súplica que se la hace a nuestro padre de manera especial”, dijo Brenes antes de la bendición final, frente a la centenaria imagen venerada por la feligresía católica.
“Nos disponemos a vivir el Viacrusis de manera virtual, pero desde el alma y corazón. Como dijo el Santo Papa, no vamos a ser expectadores, vamos a ser partícipes de este Viacrucis desde donde estemos”, mencionó el cardenal, en otro año sin romería, sin mar de feligreses, pero apelando a la fe católica para mantener la tradición religiosa desde sus hogares haciendo caso a las recomendaciones sanitarias para evitar más contagios y muertes por coronavirus.
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Sin Viacrucis, pero con fe
El Viacrucis penitencial de la catedral de Managua ha sido a través de los años una de las tradiciones religiosas con mayor asistencia popular, ríos de gente bajaban por carretera a Masaya, desde el colegio Teresiano hasta la Catedral, donde luego de horas caminando o de rodillas – como algunos promesantes decidían cumplir la tradición o agradecer por algún milagro recibido – culminaba el recorrido con una eucaristía.
Hasta 2019, y a pesar de la tensión y el temor popular tras la represión policial desatada por el levantamiento social en abril 2018 contra el régimen de Daniel Ortega, la iglesia católica convocó al Viacrucis penitencial en la capital. Como un aspecto particular ese año, algunos de los que participaron llevaron también banderas azul y blanco o pancartas en conmemoración al primer año de la crisis sociopolítica del país en la que hubo más de 300 muertes de civiles, desaparaciones y arrestos ilegales por razones políticas.