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Hamilton Mendoza militó en el Municipal Jalapa en el 2019. LA PRENSA/ CORTESÍA

El futbolista nicaragüense que jugó en el extranjero y ahora trabaja como delivery

A mediados de 2018 le salió una oportunidad para irse a probar a la Primera División de Belice y decidió marcharse. Después de cuatro días, la directiva de los Piratas de San Pedro lo llamó para firmar el contrato

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Hamilton Mendoza vendió atol y las tortillas que palmeaba su abuela Clarisa en el barrio Waspán Norte desde los 5 años hasta los 15. Después trabajó en la construcción en proyectos de carreteras en diferentes partes del país durante diez años, mientras jugaba futbol en equipos de Segunda y Tercera División.

La muerte de su abuela en 2015 le dio vuelta a su mundo, pasó en depresión durante tres meses hasta que decidió salirse de ese hoyo oscuro por sus hijos Hamilton y Kobe y volver a luchar por el sueño de jugar al futbol en Primera División. Y llegó más allá: llegar al extranjero.

Mendoza debutó en la Liga Primera con el Nandasmo en la temporada 2016-17. Después se probó en el Diriangén, pero se lesionó en la pretemporada. De ahí entró al mundo del modelaje por casualidad. “Conocí a una persona por Facebook, que estaba metida en Nicaragua Diseña y me dijo que podía ser modelo. Me hizo una sesión de fotos para darme a conocer y modelé para dos tiendas”, indica el delantero de 31 años que en esos años estaba jugando con Las Sabanas (Madriz) en la Segunda División y no pudo continuar.

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A mediados de 2018 le salió una oportunidad para irse a probar a la Primera División de Belice y decidió marcharse. Después de cuatro días, la directiva de los Piratas de San Pedro lo llamaron para firmar el contrato. “Mi susto era que me ofrecieron mil dólares, algo que nunca imaginé ganar, dos años de contrato y 180 dólares semanales para comida. Yo quería llorar, salir corriendo de alegría. En Nandasmo lo más que dieron fueron 12 mil córdobas y los otros equipos de Segunda no pagan”, cuenta Mendoza, quien rescindió contrato porque uno de sus hijos se enfermó del corazón.

Regresó a Nicaragua con casi tres mil dólares y puso un negocio, mientras se marchó a jugar al Brumas Jinotega de Segunda División donde volvió a destacar. Jalapa lo llamó para jugar en Liga Primera 2019 y tuvo poca participación volviendo a Managua a final de ese año para vender pescados en su moto.

La crisis del Covid-19 mermó el negocio y se quedó como delivery  particular de diferentes tiendas de zapatos y restaurantes de comida china, mientras entrena por las noches con el Santa Emilia de Primera División de Futsal para mantener el ritmo de juego. “Estoy hablando con un par de equipos de Liga Primera para el próximo torneo. Mi idea es lograr un buen rendimiento para probar otra vez en Belice donde dejé las puertas abiertas”, afirma Mendoza.

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