Hay partidos de todos los colores. Buenos, regulares y malos. O muy malos como lo fue durante 88 minutos el Columbus-Real Estelí. El campeón de la MLS se llevó el triunfo 1-0 en la única acción ofensiva clara que generó en el cierre de un encuentro para el olvido: una primera parte soñolienta y un complemento un poco más movido, sin detalles, a excepción del pase entre líneas del argentino Lucas Zalarayán que definió el británico Bradley Wright-Phillips para sentenciar el duelo.
El Tren del Norte se despidió este jueves por la noche en Ohio, Estados Unidos, de una forma decorosa de la Liga de Campeones de Concacaf, un torneo que tenía cinco años de no participar y podría esperar igual o mayor tiempo para regresar. La Concachampions es una competencia de otro nivel por la presencia de los conjuntos mexicanos y de la MLS, capaces de definir con contundencia las eliminatorias en el primer choque capitalizando los errores y se relajan en el siguiente evitando riesgo innecesarios de sus jugadores importantes.
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Columbus salió con un plantel alternativo a excepción del portero Eloy Room y el tico Luis Díaz. Sin prisa, esperando que el tiempo pasara, el campeón de la MLS nunca metió el acelerador hasta que el balón cayó en los pies de Díaz, el único que intentó desequilibrar y generó un mano a mano ganado por el portero Denvern Fox, quien tuvo muy pocas intervenciones como su homologo curazaleño.
La plantilla del Tren del Norte no da para la Concacaf, nada nuevo. Quizás el jugador que más dio señales de estar a la altura de las exigencias fue Juan Barrera, quien se movió por el frente de ataque, sirvió de apoyo y referencia para sus compañeros encabezando los ataques sin llegar a inquietar a Room. La realidad del Columbus posee 44 millones de dólares de diferencia. Zalarayán, quien vale más de 12 millones dólares según Transfermarkt, entró en el segundo tiempo a medio a gas y cuando nadie lo esperaba, sobre la marca de dos adversarios, sacó un pase entre los centrales que Wright-Phillips concretó ante Fox para sentenciar un opaco partido.